Opinión | La ventana

Todo un regalo

Ni puede quejarse ni lo intenta. Es alguien reconocido. Su dilatada trayectoria a la hora de representar como pocos a una popular entidad financiera lo confirmó como una persona de ley y, más aún, cuando tiempo después los sucesores en la cúpula patrocinaron la histórica deriva. Más duro fue hace un lustro ahora perder a la compañera de viaje con quien tantas travesías acometió como aquellas a Formentera con parada y fonda bajo la luz de las estrellas. Ese combustible es el que le permite a los ochenta y pocos seguir disfrutando de todo lo que le seduce e irradiarlo a su círculo cercano. No hay más que catar las inquietudes y los gustos que mantiene para percibir que estás ante un ser del Renacimiento requete bañado en las obras de la antigüedad clásica pertenezcan a la disciplina que pertenezcan, incluido el dry martini cuya esmerada preparación llevará siempre a gala. Es muy british y debe estar a punto de entregarse a su cadena y a las estadounidenses para calentar motores con vistas a la cita electoral de noviembre y destripar si es posible que venga el coco dentro de los signos desalentadores que irradia el mapamundi. Caer bajo su área de influencia es uno de esos lujos del que uno no está dispuesto a desprenderse.

Así que le puse uno de los habituales mensajes para dar con nuestros huesos en una mesa de picoteo. Al ver que no contestaba reparé en que el guasa llevaba más tiempo del prudencial inmóvil. La culpa la tuvo un virus que lo mantuvo unos cuantos días ingresado y alejado del chisme por lo que me puse en contacto con el hijo quien enseguida situó la acción advirtiéndome que todavía andaba flojo, pero recuperando poco a poco. Lo más preocupante fue el remate: «Aquí estamos viendo el partido». Como son del Atleti, el trago no era otro que el vivido en Alemania. Después de aquello ya hemos entrado en contacto y ha reiterado que va mejor aunque, dentro de su estilo, sin dejar de hacer hincapié en que sin prisas. Teniendo en cuenta los estragos del Madrid cualquiera es el guapo.

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