Coincidiendo con el 30 aniversario del suceso, el investigador Benito Fuentes López, de la Agencia Estatal de Meteorología, ha publicado un excelente estudio sobre el tornado de Ojos Negros (Teruel), ocurrido el 23 de septiembre de 1986 y considerado en este momento (gracias en parte a su trabajo) uno de los más graves que se han producido en España. Se trataba, de hecho, de un tornado poco conocido salvo en el ámbito local, pero los datos son escalofriantes, ya que el estudio lo clasifica como un EF3 en la escala que evalúa la intensidad de estos fenómenos de acuerdo con su poder destructivo, cuyo rango oscila entre EF0 y EF5. Por tanto, un EF3 hay que situarlo en el nivel 4 de los 6 que tiene la escala. Basta con pensar que un tornado EF3 genera vientos con velocidades comprendidas entre los 219 y los 267 km/h, según el rango actual de la Escala de Fujita mejorada. En Ojos Negros y las cercanas minas de Sierra Menera, desde las que antiguamente se transportaba el hierro hasta los Altos Hornos de Puerto de Sagunto, la destrucción fue extraordinaria. Hubo numerosos heridos, de los cuales seis tuvieron que ser atendidos de urgencia; perecieron más de 200 ovejas en las granjas cercanas, y tanto Ojos Negros y el barrio minero como las instalaciones de las minas sufrieron una devastación que recuerda a los famosos tornados de la zona central de Estados Unidos. Uno de los grandes méritos de Benito Fuentes es que no se centra exclusivamente en los aspectos meteorológicos, sino que aborda también el relato de lo sucedido con numerosos testimonios de las personas que lo sufrieron. Cuenta, por ejemplo, el caso de Fernando Rezusta, que iba con su furgoneta por la zona cuando, de repente, apareció ante sus ojos el vórtice del tornado. Tuvo el tiempo justo para bajarse y agarrarse a un poste para salvar su vida antes de que el embudo atmosférico se llevara el vehículo por delante y lo lanzara hasta un terraplén a decenas de metros, como si fuese de paja, en una escena más propia de una película que de la realidad vivida aquel día de hace 30 años en este pueblo turolense. Las fotos incluidas en el estudio, algunas procedentes del archivo de «Diario de Teruel», hablan por sí solas de que a veces en España los tornados son temibles.