El pasado 13 de junio, el president Ximo Puig presentó a las mancomunidades el anteproyecto de ley que regulará el funcionamiento y competencias de este tipo de estructuras. Las mancomunidades en nuestra comunidad son una realidad, en estos momentos existen 52 en funcionamiento, unas más grandes y con más servicios y otras más pequeñas que sirven para coordinar esfuerzos y servicios, pero todas ellas necesarias. Dicho proyecto pretende su regulación y al mismo tiempo acercarlas a una interlocución privilegiada de la Generalitat en el territorio. Hay que recordar que las mancomunidades ya están recogidas en las leyes del Estado y en la legislación valenciana de régimen local.

Las principales características de esta ley consisten en potenciarlas, desde el convencimiento y apuesta decidida por el asociacionismo municipal en aras a mejorar los servicios públicos que se prestan aunando esfuerzos y consiguiendo un notable ahorro para los municipios adheridos y por tanto para sus ciudadanos. Las distintas experiencias son altamente positivas. La Ley de Mancomunidades también pretende fomentar el asociacionismo municipal sin imposiciones desde arriba, sino todo lo contrario fomentando la evolución de las mismas desde abajo, de forma que aprovechando su existencia se fomente las acciones y proyectos de carácter comarcal, así como se comprometa a la Generalitat Valenciana a su fomento.

Esta ley también propone un alto grado de autonomía de funcionamiento a las mancomunidades, así como la eliminación de trabas y burocracia que ahora mismo muchas veces las paraliza. Por tanto, fomento, asociacionismo, eficacia, eficiencia, agilidad en la gestión y ahorro económico para los vecinos son los ejes en los que se basa esta ley que se abre a la participación de todos los sectores afectados. Pretendemos por tanto abrir un amplio abanico de propuestas y sugerencias, de forma que sea una ley tremendamente participada por todos. Estamos convencidos de que la misma desata un gran debate político pero no nos gustaría que se intentara confundir a los ciudadanos con derivas que nada tienen que ver con la realidad.

No se trata de crear nada nuevo, sino ordenar más eficazmente unos entes que ya existen desde hace más de 30 años. Nada tiene que ver con el intento burdo y maniático de manipulación que he escuchado de Isabel Bonig que o bien no se entera de nada o pretende confundir con su llamamiento de que estas estructuras potencian el «catalanismo» como ha declarado recientemente, ya que estas estructuras asociativas como son las mancomunidades de municipios han estado gobernadas por el PP en muchas ocasiones sin que nadie les haya acusado de nada en este sentido, por lo que cabe deducir de sus palabras mucha mala fe e intento de engañar.

En nuestra comunidad existe un gran sentimiento de pertenencia comarcal, incluso la mayoría de partidos políticos se estructuran en dicho ámbito territorial. Por tanto pretendemos hacer natural algo aceptado con total normalidad por todos los valencianos y valencianas. En este sentido las mancomunidades de municipios ya se estructuran preferentemente en este ámbito y por tanto la ley que las regula debe atender a este sentimiento de pertenencia comarcal como elemento de unión de los municipios que comparten servicios y proyectos generando sinergias positivas y ahorro económico. La apuesta por el municipalismo valenciano del Consell y del president Puig es firme.