Tenemos prestigiosos Dj., productores musicales, equipos de animación, técnicos de sonido e iluminación, diseñadores de espectáculos con arte digital. Tenemos moda.

La creatividad del sector es ilimitada y con la implantación de correctas estrategias de mercado se consigue respuesta multitudinaria y dispar. Pero, se carece de apoyos oficiales para tal arsenal de Cultura del Ocio. Profesionales de probada trayectoria, recientemente, se han reunido -Foro abierto llevado a cabo en la Confederación Empresarial de Valencia- para demandar que los artistas de nuestra comunidad estén presentes como cabeza de cartel en eventos populares de respaldo oficial, o por lo menos participen obligatoriamente en cualquiera de las planificaciones festivas.

En los albores de la humanidad, los homínidos necesitaron reagruparse por dos asuntos primordiales: la supervivencia y la actividad festiva del grupo. A través de los siglos, el ocio sigue conexionando a las personas al compás de músicas que, evolucionadas en técnica, mantienen su esencia transmisora de emociones. Reconocidos nombres de diversas facetas artísticas han dicho basta al ninguneo y proclaman abiertamente su pasión por la armonía entre talentos. Música, moda y tecnología para el logro de un fin común.

Otrora brillaron las revistas de variedades, el transformismo y el music-hall convirtiendo a nuestra ciudad en punto de encuentro de la más apabullante diversidad cultural y social. La Belle Epóque, La Cetra. Todo cercenado por un seco golpe de sable que descabezó a las catalogadas como bestias rebeldes que ni por asomo pasaban por el ojo de la aguja. Pero las ganas de bailar, de reír, de conectar y compartir diversión es poderoso fluido que se cuela por entre las comisuras de los puños más herméticos. Boîtes, salas de fiesta, cabarés, discotecas, clubes. Es indiferente el enunciado ya que todos han sido y son placebo ante noticias de nula carga positiva multiplicadas como pulgas. En el histórico del ocio traemos a colación aquellas sesiones de jueves tarde -a posta para el asueto laboral doméstico y que ahora se han trocado en citas universitarias Erasmus- movidas por pinchadiscos valencianos y esas otras discotecas para la tercera edad que propagan la chispa necesaria para no dejar que los mayores se apoltronen ante el televisor.

Notables de la moda y el ocio valencianos dan batalla al ninguneo que viene sufriendo la Cultura Valenciana del Ocio por parte de estamentos oficiales. ¡Basta ya de tanta pasividad! Prestigio, calidad y estilo reivindican su posicionamiento en la cultura avalados por el seguimiento incondicional de cientos de miles de adeptos. El Mediterráneo sembró su orilla de salas triunfadoras -hace más de treinta- escaparate de primicias internacionales y arrebatos creativos autóctonos. Dreams Village,N.O.D., Puzzle, Spook Factory, Barraca, Chocolate. Pero los hados, nuevamente, bajo un complicado entramado de intereses, arremetió con fulminante hachazo. La Cultura Valenciana del Ocio otorga opciones y trabajo frente a la auspiciada decadencia laboral. Es acicate de sociabilidad y comunicación. Distrito 10, Woody.

"En Fallas, Feria de Julio, en la totalidad del calendario de festejos hay que contar con artistas locales". La Cultura Valenciana del Ocio planea con potentes alas sobre el hoy, mientras aún chisporrotean en el recuerdo las macro discotecas que resplandecientes surgían en mitad del paisaje. Bananas, Arabesco.

La moda y el espectáculo -político y no político- van de la mano. Coco Chanel -moda-, Diáguilev -empresario-, Nijinski -danza- fueron notorio ejemplo en "Le train bleu". "El aburrimiento está prácticamente institucionalizado€ Enamorarse es mucho más divertido". (C. Chanel).