La frase de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, referida a la acción del Govern de la Generalitat, en materia cultural, pasando «de l´ocurrència a l´estratègia», que comparto, trajo a mi memoria el trabajo realizado hace más de treinta años, en 1982, en materia económica, en L´Economia del País Valencià: Estratègies sectorials, también con este propósito, como su propio nombre indica. Mucho han cambiado las cosas, de entonces a ahora, pero bueno es detenerse sobre el análisis que en aquel momento se llevó a cabo sobre las diferentes estrategias sectoriales de la economía valenciana y sobre aspectos de su evolución futura.

El trabajo coordinado por Antoni Rico, director del Instituto Valenciano de Economía, y financiado por la Institució Alfons el Magnànim, contó con la participación desinteresada de numerosos profesionales que participamos en el mismo, y en palabras de Manuel López Estornell fue preludio de lo que sería más tarde el diseño y aplicación de una política económica innovadora identificada con el tejido empresarial valenciano. Entre sus autores cabe señalar las aportaciones en el tema agrícola de Josep Carles Genovés, en el tema industrial de Joaquim Mafé y Francesc Mas, y en los servicios e infraestructuras de Gaetà Roca y Emili Sanchis, junto a 70 colaboradores que redactaron las 16 secciones del mismo.

El anterior estudio de estas mismas características „L´Estructura econòmica del País Valencià, dirigido por el profesor Ernest Lluch, y auspiciado por Joaquim Reig desde el Banco de Valencia„ había sido realizado en 1970, y supuso el primer intento para conocer la realidad de los sectores económicos valencianos, de pequeñas y medianas empresas con capacidad exportadora, característicos de nuestra economía. La transformación de la estructura económica valenciana se observa en 1982, tras veinte años con tasas elevadas de crecimiento del PIB y de población, que transformaron nuestra sociedad desarrollando los sectores industriales y de servicios e incorporando mayor conocimiento científico en lo que supuso el cambio a un «crecimiento económico moderno», en palabras de Simon Kuznets.

Con estos antecedentes, poco más tarde, en 1984, surgiría el Impiva, así como los institutos tecnológicos, y el Parc Tecnològic, entre otras iniciativas, lo cual suponía llevar a cabo la primera y reconocida política industrial valenciana apoyada por el president del Consell, Joan Lerma y dirigida por los consellers Segundo Bru y Andrés García Reche como una estrategia para consolidar la pertenencia a un espacio económico donde se polarizaba el crecimiento a partir de unos sectores autóctonos con crecimiento auto sostenible en base a las relaciones de interdependencia entre ellos. Las circunstancias posteriores y los cambios de orientación limitaron el éxito de la política seguida y hoy nos encontramos ante la posibilidad más ambiciosa de coordinar la estrategia innovadora de la Generalitat, para lo cual la Agencia Valenciana de la Innovación puede ser un buen instrumento.