La llegada al máximo poder político de un negociante como Donald Trump plantea diversos problemas. No es que haya dejado de haber siempre una buena relación entre empresarios y políticos, americanos, incluso los demócratas pero las proclamas de Trump son muy inapropiadas y por eso hay tanta gente que protesta contra él. Para frenar la emigración hacia Estados Unidos propone levantar un muro en la frontera de México e incluso que lo pague el vecino, cosa que su presidente Peña Nieto se ha apresurado a negar. Reconocer a Taiwan es otro ataque innecesario contra el gigante chino, que todos los demás países tratan de no contrariar. Sus nombramientos proceden de su mundo, el de los negocios y ello debilita la particular actitud de Estados Unidos en el mundo. Está por ver que ocurrirá, pero un mal signo es la renuncia de bastantes parlamentarios demócratas a su toma de posesión. Estemos atentos