Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Días de gloria

Sí, son gloriosos estos días en que la ciudad revienta sus costuras a fuerza de muchedumbres, hierve de fiesta en cada esquina y se da cita a las dos en punto, cuando las palabras clave, «Senyor pirotècnic, pot començar la mascletà», son el «Ábrete sésamo» para dar vía libre al rito prodigioso del estruendo y el perfume anhelado de la pólvora invadiendo hasta el último recoveco corporal.

Días gloriosos y también «Días de Gloria», de Gloria Fuertes, la «poeta del pueblo» como alguien la ha llamado, y a la que en la hora presente se recupera -conmemorando su centenario con libros, exposiciones y crónicas- extrayéndola de la consideración errónea y menguada para situarla en el puesto justo: el de una escritora sin pelos en el verso, sencilla y percuciente, de los que llaman al pan, pan y al vino, vino, cuya poesía, limpia y veraz como el agua clara, estalla y retumba con la misma fuerza de una «mascletà» de sentimientos, intuición y verdades punzantes. No en balde hace muchos años, en 1954, otra gran poeta, Carmen Conde -la primera mujer que entró en la Real Academia de la Lengua- incluyó a Gloria Fuertes en una antología fundacional, Poesía femenina española viviente, al lado de nombres señeros como la valenciana María Beneyto o la también valenciana, de adopción, Angelina Gatell, recientemente fallecida.

Gloria Fuertes revive con fuerza. Y bueno será que en medio de estas jornadas de bullicio constante hagamos una pausa para escuchar su voz, que permanece viva y palpitante, por ejemplo en estos versos escritos hace 70 años, que suenan como de ahora mismo:

«Todavía hay gente que al viento llama céfiro,/ y hay a quien lo curso llama poesía./ No hay que amar lo caduco, lo seco, lo blando. / Debemos, pues sabemos, gritar al poderoso,/ gritar eso que digo: que hay bastantes viviendo/ debajo de las latas con los puesto y aullando,/ y madres que a sus hijos no peinan a diario/ y padres que madrugan y no van al teatro./ Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos, que al corazón le llega poca sangre.

Compartir el artículo

stats