Hace unos días, Giuseppe Grezzi, concejal de Movilidad del Ayuntamiento de València, anunciaba su decisión de prohibir el aparcamiento en los carriles bus del centro de la ciudad en horario nocturno.

Este hecho solo puede calificarse de ocurrencia, puesto que, si no viene acompañado de opciones alternativas, solo genera más problemas. Y precisamente, los problemas abundan en el distrito en el que siempre he vivido: Poblats del Nord, el más extenso de la ciudad y a la vez el que cuenta con menos habitantes. En este distrito no existe ninguna opción de ocio para los más jóvenes, por lo que nos vemos obligados ir al centro de la ciudad si queremos tomar una copa, o simplemente salir a cenar. Como vecinos de Valencia, pagamos los mismos impuestos que el resto, pero el servicio de transporte público es pésimo desde hace décadas: no hay conexiones de metro, no hay autobuses más allá de las 23 horas, el servicio de Valenbisi tampoco ha llegado hasta aquí, y una carrera en taxi hasta el centro oscila entre los 13 y los 15 euros.

La prohibición de aparcar en el carril bus sin presentar antes una alternativa, ya sea mejorando el servicio de transporte nocturno con ciertos distritos de la ciudad, o generando nuevas zonas donde poder estacionar, no aporta ninguna solución y solo genera más problemas. En este sentido, se agradece que en el grupo municipal socialista haya imperado la cordura, y su portavoz Sandra Gómez se haya opuesto a esta iniciativa.

Y es que en Compromís parecen no haberse enterado de que los valencianos no les otorgaron mayoría absoluta en 2015 y, por tanto, deberían consensuar este tipo de iniciativas con sus socios de gobierno y dejar de anunciar por las bravas propuestas que cuentan con el rechazo de gran parte de la ciudadanía y que no van a ninguna parte.

En definitiva, si de verdad Grezzi y sus compañeros de partido quieren gobernar para la gente, les invito a que se acerquen a Carpesa, a Borbotó o a Benifaraig y se interesen por los problemas que tenemos aquí. Ya estuvimos marginados por el PP durante 24 años, y más allá de la política de gestos, parece que lo seguimos estando para Compromís. Tal vez, si se preocuparan más por mejorar el servicio de transporte público que sufrimos, y menos por hacer propuestas estrella que perjudican a nuestro distrito de manera singular, empezarían a gobernar de verdad para todos los valencianos.