Diez años ya de la jubilación de Carles Jorro, en su oficio ennoblecido de librero en Tres i Quatre, que viene a coincidir, en estos días, con la fecha de su aniversario. Durante estos años lo encuentro, a menudo, paseando por Dénia, allá donde el viento en las Rotas, «escriu ratlles de llum damunt la pell de l´aigua» y almorzando con su mujer, Anna Sòria, en la mesa que normalmente tienen reservada en, El Baret de Miquel. Recuerdo el emotivo homenaje que Rosa Raga y Eliseu Climent le ofrecieron, al editar, en colaboración con un diverso número de amigos de Carles, y de la librería, Homenatge a Carles Jorro.

Las aportaciones que se recogen en la citada publicación, desde diversas perspectivas sobre la realidad de nuestro país y de una época, bien pueden ser tomadas en consideración, también ahora, para entender el sentido de aquella librería y de sus clientes habituales. Pocas veces se ha realizado un esfuerzo colectivo espontáneo y desinteresado en favor de una persona, y de un proyecto cultural y empresarial, como el que se recoge en la misma. La coincidencia con las ideas que se comparten por el conjunto de amigos que escriben, o se adhieren al homenaje, subyace en el contenido de los textos. Parafraseando a Marina Rosell, «des del Montgó fins a les Illes, traspassant fronteres a Tramuntana, i somniant el nostre país solidari amb unes mateixes senyes d´identitat».

Entre las colaboraciones, no me resisto a reproducir aquí la de Chon García-Sala y Enrique Fibla, con reminiscencias cinematográficas: «Profesional impecable, discreto, incondicional demostrando el afecto, fiel a las ideas y a los amigos, en fin que acababas enamorándote del señor de detrás de la barra del bar - ¿o era un mostrador? - sin remedio y para siempre».

Carles, como muestran las diferentes aportaciones incluidas en la publicación, y haciendo nuestras las palabras de Raimon dedicadas a Gregorio López Raimundo, «t´he conegut sempre igual com ara,€, he vist molt clar que són molts els que com tu calladament treballen,€, i en som molts més dels que ells volen i diuen». Gracias por habernos descubierto tantos mundos, y por habernos permitido entrar en el tuyo. Molts anys, amic.