La vida consiste, en muchas ocasiones, en una toma constante de decisiones, en escoger una alternativa entre varias posibles. Sin embargo, hay momentos en que sabemos bien hacia dónde tenemos que dirigirnos, cuál es el camino que sigue la tendencia general, los argumentos para hacerlo y los métodos que hay que utilizar durante este proceso.

Pues bien, esto es lo que ha ocurrido con lo que, en la sociedad, hemos consensuado en llamar economía circular, un concepto (o más bien una visión) que abarca tantos aspectos que, en realidad, supone más bien una propuesta para avanzar en la mejora de nuestra economía, nuestros modelos productivos y nuestros hábitos de consumo. Ha llegado el momento de abandonar la filosofía del usar y tirar para empezar a consumir y producir con responsabilidad, así como reutilizar, reparar y reciclar convenientemente.

No es casualidad el hecho de que la Unión Europea haya girado la mirada hacia la necesidad de este cambio de modelo con el Plan de Acción para la Economía Circular y las directivas que están por llegar sobre la gestión de los residuos. Con unos objetivos bastante ambiciosos, como el de reciclar hasta el 75 % de residuos de envases para el año 2030, esta gran hoja de ruta europea vendrá a actualizar también las normas españolas. Precisamente, la Estrategia de Economía Circular en la que el Gobierno de España trabaja actualmente es un claro ejemplo de ese camino que sigue la tendencia general, sentando las bases de un cambio real que, en muchos sectores, llevábamos reclamando desde hace años. Este es el caso de Ecoembes que, desde que España implantara la recogida selectiva de residuos de envases domésticos hace más de 20 años, nos hemos esforzado por hacer de la economía circular un hábito en el día a día de los ciudadanos.

Teniendo esto en cuenta, aplaudimos la nueva estrategia, que puede situar a nuestro país en la vanguardia de un sistema que impulse el tránsito hacia un modelo de sociedad más comprometido con el medio ambiente y el crecimiento económico sostenible. Sin embargo, consideramos escasa la parte presupuestaria destinada a sensibilización y participación y esperamos que en el documento final se tenga en consideración este desajuste, porque el avance del reciclaje necesitará de un conocimiento amplio y de una complicidad total por parte de la ciudadanía y de los gobiernos regionales y locales.

Este es un viaje que todos hemos de hacer y en el que todos somos aliados para un mismo fin. Y, por ello, en Ecoembes queremos aprovechar la nuevas políticas que se están desarrollando para avanzar en sistemas de pago por generación donde el ciudadano que más recicle menos impuestos municipales pague; plantear la obligatoriedad de la recogida selectiva en todos los eventos, empresas o espacios públicos; así como avanzar en el reciclaje de otras fracciones de residuos (textiles, celulosas, muebles y enseres, escombros?) y no solo de los envases domésticos, que únicamente suponen el 15 % de los residuos municipales. Por ejemplo, la materia orgánica representa cerca del 40 % de toda basura doméstica y, si no se trata adecuadamente, será imposible alcanzar los retos europeos.

No obstante, y más allá de la mejora en la gestión de los residuos con medidas como las antes mencionadas, hemos de entender que la economía circular afecta a todo y a todos. Por eso, creemos que tan importante como mejorar la gestión es impulsar la investigación de nuevos materiales de origen renovable a partir del ecodiseño, la lucha contra el abandono de basura, la que llamamos basuraleza, apoyarnos en la innovación para ser más eficientes y asumir la educación ambiental y la sensibilización como parte del desarrollo sostenible.

Precisamente, en el caso de la Comunitat Valenciana la actual elaboración de un nuevo Plan Integral de Residuos es una gran oportunidad para avanzar en todas las líneas de trabajo antes comentadas. De hecho, la puesta en marcha de este plan ya está marcando un antes y un después en esta comunidad autónoma en lo referente a la gestión de los residuos. Los datos de reciclaje así lo reflejan: en solo dos años la aportación de los ciudadanos valencianos al contenedor amarillo ha aumentado en un 10%, una tendencia ascendente que, prevemos, continúe gracias al compromiso tanto por parte de la ciudadanía como de las entidades locales valencianas. Para facilitar esta misión, durante este período hemos incrementado en un 8 % el número de contenedores en la Comunitat Valenciana, algo que seguiremos haciendo en 2018 con 1.300 contenedores más.

Además, en Ecoembes nos esforzamos para que la recogida selectiva sea un hábito no solo en los hogares, sino también en otros espacios públicos y grandes instalaciones. Así, durante este año, esperamos llevar la recogida selectiva a cerca de 200 establecimientos del canal profesional de hostelería y restauración de la Comunitat Valenciana, que se sumarían a las instalaciones donde ya estamos, como son los estadios de fútbol de los equipos de primera división, otros centros deportivos, universidades y colegios, cerca de 60 hoteles, hospitales, el aeropuerto de Alicante, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Bioparc, los principales festivales musicales de la Comunitat, centros penitenciarios, puertos marítimos, etc... Instalaciones en las que facilitamos el reciclaje durante 2017 con la entrega de cerca de 1.400 puntos de reciclaje que ayudaron a la recogida de más de 35.000 toneladas de residuos de envases.

La implantación de la economía circular como paradigma global sobre el uso de los recursos tiene un importante acicate en la mejora de la competitividad y la innovación para las empresas, las administraciones públicas y para la sociedad en general. Resulta clave que las diferentes regiones que componen Europa entiendan su papel en este nuevo escenario, y la Comunitat Valenciana tienes muchas opciones para ser uno de los territorios que lideren el cambio.

No obstante, desde Ecoembes creemos que hay que avanzar más en la búsqueda de nuevas aplicaciones de los materiales reciclados basadas en la innovación, en medidas para evitar que los materiales procedentes de la recogida selectiva se acepten en los vertederos y en la fiabilidad de la estadísticas que maneja la UE en cuanto al reciclaje en cada país miembro a través de la imposición de un método único de cálculo que permita poseer una radiografía real de la gestión de los residuos en Europa.