La PAC, una historia de éxito

Carles Arques

Carles Arques

La Política Agraria Común (PAC) tiene sesenta y dos años siendo la primera política comunitaria con el objetivo de garantizar la soberanía alimentaria, el trabajo de los agricultores y la conservación del medio ambiente. La PAC fue la primera propuesta de construir una Europa federal que luego hemos visto en programas como el Erasmus, la creación del euro, la respuesta a la pandemia con la vacuna o el plan de recuperación. Siempre que la UE ha dado pasos firmes en la respuesta comunitaria desde el ADN federal poniendo la solución, el objetivo y el trayecto en común se ha avanzado.

En la actualidad estamos viendo como uno de los sectores más importante de Europa, España y nuestros pueblos como es el agrícola, sale a las calles a manifestarse y con muchos motivos. Es importante ponernos en contexto, conocer la evolución de la PAC, y el porqué de las manifestaciones.

Las reformas han sido una constante y han tenido que ir compaginando los objetivos del mercado comunitario, la realidad económica y los requisitos que va marcando el mercado internacional. La primera reforma de la PAC se realizó en 1992, y se aposto por ahondar en la importancia de las cuotas de producción, se estableció una ayuda para los animales, el abandono de los campos y el fomento a las jubilaciones anticipadas, junto a la apertura de un proceso de reducción de los precios institucionales a los que se comenzaba a complementar con ayudas vía pagos directos. En la Agenda 2000 se realizó la segunda reforma de la PAC poniendo el objetivo en la reducción de precios intervencionistas y en favorecer la compensación de las ayudas directas, donde los mercados tomaron más peso y se trabajó para lanzar la política de desarrollo rural. Tres años más tardes, solo cabía en la hoja de ruta, una revisión de la reforma anterior y se puso en la mesa de negociación uno los criterios más importantes, que era empezar con los pagos desacoplados y el pago único, así poder aplicar las ayudas directas a la explotación en función de los derechos históricos, al margen de las producciones reales. En 2008 se produjo finalmente el conocido ‘chequeo’ de la PAC donde se concreta más sobre los acuerdos de la reforma anterior y para poder realizar los pagos desacoplados, donde cabe destacar, que la UE abandonó los instrumentos que permitían regular los mercados.

Las reformas producidas a lo largo de la historia han propuesto cambios estructurales y han introducido variaciones en la línea de la PAC basándose en dos puntos básicos; Desarme en el mercado interior de las políticas de precios institucionales como garantía de rentas y eliminación de los mecanismos de regulación de los mercados.

En la coyuntura actual la PAC representa el 30% de las rentas de una explotación y las principales consecuencias de no poner el foco pensando en el equilibrio del empleo y renta del agricultor son; los mercados han tomado el protagonismo de las rentas en las explotaciones agrarias y las ayudas directas solo permiten tener una seguridad a los agricultores del 30% de la totalidad de los ingresos. Las compras de control han bajado a los mínimos del mercado y se ha incrementado el almacenaje de productos públicos de las reformas anteriores. La transacción de existencias, que en años anteriores alcanzó las cifras 10.000 millones de euros ha descendido a los mínimos en los años anteriores. La política de austeridad que se ha producido en los últimos años en la UE ha ido de la mano de las reformas de la PAC con el objetivo de reducir la oferta y prevenir los restos y gastos de la reforma de los diferentes organismos de comercio.

Las zonas rurales de Europa han tenido un descenso muy notable en sus actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras por los Tratados Comerciales en terceros países, que permite la entrada de los mismos productos para poder garantizar la demanda en el mercado. Es necesario, que todos los países de la Unión Europea centren sus esfuerzos en la planificación de estructuras agrarias y doten de nuevos mecanismos a las administraciones para atender las demandas de los agricultores.

Es necesario contemplar los grandes retos que afronta la Unión Europea porque van a condicionar los próximos años y a la vez acompañar a los agricultores con todas las consecuencias que lleva la transición ecológica con apoyo desde las diferentes instituciones. Hay que tener en cuenta que durante 62 años la PAC ha sido gestionada por representantes de la derecha europea y en la actualidad por el Comisario polaco, que pertenece a la familia política de la extrema derecha y comparte grupo con VOX. No son tiempos de confundir y engañar a los agricultores, son tiempos de propuestas y determinación por uno de los sectores más estratégicos e la UE.

La lucha contra el cambio climático en todos los territorios de la Unión Europea, que permitan mantener las condiciones saludables y sostenibles de los productos necesita de un acompañamiento y atención especial para el campo. La reciprocidad en los Tratados comerciales y que se impongan los controles fitosanitarios en todos los países de la Unión Europea para que no haya competencia desleal. Estas competencias son de los estados miembros y es necesaria la coordinación y voluntad política de todos los países, no puede ser que Países Bajos a través del puerto de Rotterdam haga la batalla por su cuenta y solo piense, que en facturar perjudicando al campo europeo. El factor del ‘brexit’, está condicionado nuevos Tratados comerciales y las importaciones de muchos países a Reino Unido. Por ejemplo, a los productores de la Comunidad Valenciana les está afectando en sus condiciones de comercio y puede tener unos efectos negativos, que afecten al empleo y economía de nuestra región. El avance de la revolución tecnológica y su aplicación en la producción agrícola, que puede provocar el abandono de muchas tierras por parte de gente mayor y las administraciones locales juegan un papel fundamental en prestar servicio administrativo y es necesario, que se les concedan competencias. La debilidad en la incorporación de jóvenes agricultores a la actividad agraria, porque muchas de ellas no son rentables y es necesario la dinamización y el fomento en las zonas rurales para que los jóvenes agricultores tengan garantía de formar un proyecto de vida.

Son tiempos de alta volatilidad, pero depende de todas y todos que pongamos de nuestra parte para ayudar a un sector fundamental en el desarrollo de la calidad de vida. Necesitamos pasos firmes sin medias tintas y que la PAC debe continuar avanzando en su propuesta federal para que el objetivo y estrategia tenga la aplicación, la efectividad y el resultado previsto en cada una de las regiones de la UE.