Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La plaga del pino causa estragos en el paraje de la Garrofera de Guadassuar

El avance del «tomicus» obliga a talar medio millar de árboles y el ayuntamiento exige la reforestación

El avance de la plaga del pino, el denominado «tomicus», ha obligado a talar ya más de medio millar de pinos en el paraje de la Garrofera de Guadassuar. El consistorio está preocupado porque aspira desde hace años a que el enclave reciba por parte del Consell la consideración de paraje natural municipal lo que aumentaría su protección. Pero ese reconocimiento no llega. Mientras, la plaga del escarabajo perforador empieza a causar problemas importantes, como muestra la imagen.

El Ayuntamiento de Guadassuar es propietario del espacio forestal que ocupa un total de 622 hectáreas y cuenta con áreas acondicionadas lo que permite gran afluencia de visitantes los días de Pascua y ya ha reclamado que la Conselleria de Medio Ambiente proceda a la reforestación «con especies autóctonas como la carrasca, la alzina o el lledoner», según señaló ayer el concejal Domingo Añó, quien dijo que la parte más afectada es la zona de ocio, precisamente la que más visitantes recibe por estas fechas.

Guadassuar no se encontraba inicialmente entre los municipios que la conselleria señaló como afectados, de lo que se deduce que la plaga está mucho más extendida de lo que el Consell admite, pero ha tenido que hacer frente a su avance e instancias de la conselleria que ha puesto los trabajos en manos de empresas privadas. Con todo, lo que más preocupa al ayuntamiento es que se realice una correcta reforestación y que se proceda a plantar nuevas especies en lugar de los pinos que han resultado sacrificados. No sería la primera vez. La Conselleria de Medio Ambiente, Agua y Urbanismo ya se encargó de la reforestación de la zona en 2010. Según los datos facilitados por el ayuntamiento en aquella ocasión repobló unas 98,5 hectáreas.

Parajes emblemáticos de la Ribera

Si en Guadassuar el escarabajo perforador ataca un paraje como el de la Garrofera, ubicado a unos siete kilómetros del casco urbano, meses atrás la plaga alcanzó también uno de los enclaves más emblemáticos de Alzira como el de la Muntanyeta en el entorno de la ermita del Lluch. Entonces, el ayuntamiento instaló trampas y regó el paraje para combatir al escarabajo. Tampoco Alzira se encontraba inicialmente en zona de riesgo según la conselleria, que ya se ha visto obligada a sacrificar miles de árboles en diferentes comarcas.

Meses atrás, en Llaurí, por ejemplo, se descartó por falta de medios combatir al perforador pese a que el ayuntamiento estaba obligado. Medio Ambiente declaró la existencia de la plaga en las montañas del municipio y descargó en el ayuntamiento la responsabilidad de tratarla. Unos 300 árboles estaban afectados según el primer recuento.

Ahora la plaga se hace visible en Guadassuar y en un espacio que el ayuntamiento quiere administrar y gestionar para afianzar su preservación. El pleno de este ayuntamiento ya aprobó en su momento un protocolo de colaboración con el Consell.

Compartir el artículo

stats