La concejalía de Patrimonio de Cullera ha decidido remodelar y renovar la oferta expositiva de la sala de armas del castillo. Así, se han incorporado nuevas colecciones de armamento y documentos con diversos siglos de historia.
Por un lado, a partir de ahora se podrá ver la colección de sables de sargento de la Real Armería de Toledo, fechados en el siglo XIX y que fueron restaurados por la Diputación de Valencia el año pasado. A lo que hay que añadir un sable de oficial de caballería del siglo XIX con la leyenda No me saques sin razón, no me desenvaines sin honor y que se restaurará este año. También se van a exponer en estas vitrinas los dos ejemplares facsímiles del Llibre del Furs y del LLibre del Ceremonial de la ciudad de Valencia recientemente adquiridos para su exposición pública.
Donación anónima
En cuanto a los documentos, los visitantes podrán conocer la carta náutica del Cabo de Cullera elaborada por Le Dêpot Gèneral de la Marine Française en 1830 y recientemente donada al museo por un particular anónimo. También se ha decorado la sala de armas con dos escudos de Cullera tallados en madera y elaborados de forma artesanal: el escudo de época foral y el de época contemporánea, para que así los ciudadanos puedan conocer la historia heráldica de Cullera.
La última pieza que se ha incorporado a esta sala es una Real Señera de gran tamaño que posee un centenar de años y que fue encontrada en un almacén municipal oculta y que ha sido restaurada para la ocasión. Como anécdota, desde el consistorio explicaron que, según consta en un inventario del castillo de 1463, en esta estancia ya había «una bandera real de stamenya», así que la sala de armas volverá a lucir el pendón real.
