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Inversión casi nula de la Generalitat

El Consell concluye el plan de abastecimiento de agua potable, pero deja como estaban carreteras, centros educativos o juzgados

Inversión casi nula de la Generalitat

La anemia financiera de la Generalitat ha marcado la legislatura. Sólo al inicio del mandato con los proyectos del plan Confianza que coleaban desde la época de Francisco Camps al frente del Consell y cerca del final, con la conclusión del plan de abastecimiento de agua potable, apareció el escasísimo dinero que el Consell ha destinado a inversión en esta comarca, muy olvidada por la Generalitat un presupuesto tras otro. El resto ha sido un desierto.

El Consell cumple prácticamente una década sin licitar una nueva carretera en la Ribera justo cuando se conoce que pretende desdoblar medio kilómetro de la Avenida de la Ribera entre Alzira y Carcaixent o sacar el tráfico de Carlet por el oeste con un remedo de circunvalación que no convence. Tampoco fue la legislatura de proyectos como Metroribera que no sólo cayeron en el olvido, sino que acabaron por alejar aún más a la comarca del centro de Valencia con los recortes en la línea 1 de FGV, la más extensa de la red y siempre la más olvidada. Tampoco ha habido mejoras en la red de transporte público en la comarca, especialmente en los traslados al hospital de la Ribera.

El Consell sólo ha podido sacar pecho con las obras del agua en la Ribera, con una década de retraso. La llegada del agua a Cullera, Carcaixent o Alzira, entre otras ciudades, y la inminente a Algemesí o en unos meses a Sueca suponen el único éxito del Consell, después de una inversión que alcanza los 60 millones de euros y en la que se incluye la potabilizadora, que a capacidad máxima es capaz de dar agua potable a los 300.000 vecinos de la Ribera si en el futuro fuera necesario.

Las sedes judiciales, a la espera

Tampoco llegaron en estos años las prometidas nuevas sedes judiciales de Alzira o Sueca, que formaban parte de un plan del Consell aprobado en 2008 y que tendrán que seguir esperando. La nueva sede judicial de Alzira con un presupuesto de 12,4 millones o la Sueca de 15 millones seguirán a la espera el próximo mandato.

Sólo el plan Confianza, que aún tiene obras por acabar en Sueca, Cullera o Alginet, dejó infraestructuras importantes como el nuevo ayuntamiento de Carlet, que costó tres millones de euros; el garaje subterráneo del Mercat de Algemesí, más de cinco millones, o el local multiusos de Montroi.

Descartadas en la actual coyuntura económica quedan infraestructuras de otra época como la CV-50 o los nuevos accesos a Alzira y Carcaixent.

También se han quedado en el tintero infraestructuras medioambientales que tenía que impulsar el Consell, como las incluidas en el plan contra inundaciones, el Patricova, aprobado por la Generalitat en 2002, y con previsiones de ejecución siempre por debajo de los cinco años. Entre ellas figuraban la mejora del barranco de Alginet, el Tramusser —que es la única obra concluida— o actuaciones en el Xúquer y l'Albufera, la protección del polígono de Algemesí contra avenidas del río Magro, la eliminación del baden en la CV-50 a la altura del barranco de la Casella y l'Estret de Alzira; el barranco de Barxeta en Carcaixent y Alzira o la mejora del Sellent entre Cotes y Alcàntera.

Sí impulsó el Consell alguna de las obras pendientes del plan de modernización de regadíos en la Acequia Real que llevaban años paralizadas, pero bastante ha tenido el Gobierno de Fabra con atender el gasto social o educativo.

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