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El PSPV logra un resultado histórico en Almussafes

El paro y la crisis interna de los populares sirven en bandeja la mayoría absoluta a los socialistas, que recuperan la hegemonía perdida en 2003

El PSPV logra un resultado histórico en Almussafes vicent m. pastor

En 1991, las elecciones presidenciales norteamericanas se dirimían entre el republicano George H. W. Bush (padre) y el demócrata Bill Clinton. El primero gozaba entonces de una enorme popularidad por sus éxitos en política exterior y recibía la aprobación del 90 % de los ciudadanos. Tenía, pues, todas las de ganar. Pero acabó dándose el batacazo. Fue simple. El responsable de campaña de los demócratas, James Carville, focalizó la estrategia de Clinton en los asuntos más cotidianos de la gente, en lo que verdaderamente importaba. Colgó un cartel en las oficinas centrales del partido en el que entre otras frases podía leerse una de las ideas fuerza para derrocar a sus adversarios: «Es la economía, estúpido».

Aunque Almussafes no es Estados Unidos, la similitud de lo que ha ocurrido estos comicios locales con lo que pasó en aquella Norteamérica de hace 24 años es palpable. En los últimos ocho años, las arcas municipales han visto reducida a la mitad la deuda heredada de los socialistas. Sus políticas sociales son la envidia de cualquier municipio y las perspectivas de ingresos son excelentes para los próximos ejercicios. Sin embargo, la focalización del debate en el problema del empleo y, por ende, en la fallida ampliación del polígono de Ford —dos vasos comunicantes— ha acabado por ensombrecer cualquier otra área de la gestión municipal del pacto Compromís-PP.

El PSOE de Toni González ha logrado recuperar la mayoría absoluta que no conseguía desde 2003 y volverá a ostentar el gobierno. Las claves que explican el auge de los socialistas se resumen, como los diez mandamientos, prácticamente en una: los socialistas han prometido que mejorarán la inserción laboral de los vecinos en la factoría automovilística y en el parque industrial gracias a la mejora de relaciones entre la multinacional y el consistorio. El electorado ha captado ese mensaje simple y ha respondido positivamente.

Pese a que el paro es relativamente bajo en Almussafes —alrededor de 600 desempleados registrados en el Servef—, el hecho de que durante los dos últimos años se hayan creado miles de puestos de trabajo en Ford y que esto no haya supuesto que la localidad alcance el pleno empleo, ha dado la puntilla al gobierno local. El razonamiento ha sido bien sencillo: Si Almussafes bate récords históricos de afiliación a la Seguridad Social, pero el desempleo no se reduce drásticamente entre los residentes, algo se está haciendo mal en un municipio históricamente acostumbrado a vivir sin paro.

Las distintas explicaciones que el gobierno local ha tratado de dar al respecto no han llegado a la gente. La argumentación, pese a basarse en hechos sólidos, ha sido enrevesada y no ha convencido ni al votante medio ni al parado, que incluso muchas veces se ha sentido 'agredido'. También la aparición de entidades como la Asociación de Desempleados Activos de Almussafes (ADA) ha azuzado este debate, lo que ha acabado por generar un clima contrario a las políticas de empleo locales, que han sido por otra parte ambiciosas estos dos últimos años, no así durante el resto de la crisis.

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