El circuito de velocidad de Guadassuar sigue a la espera de la Declaración de Interés Comunitario (DIC) para proseguir las obras ya iniciadas con una licencia para vallar la parcela y que el consistorio se vio obligado a detener porque el promotor parecía dispuesto a seguir adelante con la construcción de la instalación, en la que asegura que va a invertir diez millones de euros. Pero el Servicio Territorial de Urbanismo de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, que la semana próxima cambiará su denominación con la llegada del nuevo Consell de Ximo Puig, tiene en la mesa diferentes alegaciones de vecinos, comunidades de regantes y otros afectados que consideran que la parcela elegida, la finca denominada de Paco Camino entre Guadassuar y Algemesí, no es la ubicación más adecuada. Además, las alegaciones de los vecinos desvelan otros datos desconocidos hasta ahora sobre las intenciones del promotor. La intención de Car Track Events es que el circuito esté operativo como mínimo los próximos 30 años y que los bólidos —los coches que se usarán son más grandes que unos karts al uso— puedan alcanzar velocidades de hasta 240 kilómetros por hora.
En esencia las alegaciones vecinales que ha visto Levante-EMV señalan que el circuito se encuentra en el corazón de un gran pulmón verde rodeado de huertos de naranjos, caquis y frutales, entre los que se enclavarían varios circuitos de velocidad para motos y coches en una parcela que según el catastro ocupa 253.983 metros cuadrados, lo que perjudicaría a todos aquellos propietarios que han decidido vivir en el campo. Además, señalan que la intención del promotor es instalar varias torres lumínicas de gran potencia.
Temen un perjuicio ambiental
Por ello aseguran que se produciría un importante impacto ambiental para el medio y un grave perjuicio para las viviendas que se encuentran en la zona. Señalan que lo que se pretende es poner en marcha una actividad económica, con la construcción de tres circuitos e incluso proponen una nueva ubicación, el polígono El Pla, entre Carcaixent y Alzira, con la mayoría de parcelas desocupadas. Sin embargo esta posibilidad está descartada porque la inversión económica ya está en marcha y supondría una pérdida de dinero para el promotor volver atrás.
Los vecinos sostienen que esas velocidades van a provocar un importante impacto acústico para el que no hay previstas medidas correctoras del ruido, lo que contraviene las normas de contaminación acústica.
Además, las alegaciones reprochan que se hayan iniciado las obras de una «forma encubierta» porque los trabajos carecían de una licencia para delimitar los tres circuitos y sólo permitían el vallado de la parcela, aseguran. La promotora mantiene en una red social que su intención es abrir las instalaciones este verano.
