«El río está embozado, ciego por la acumulación de cañas y da miedo en caso de que se produjeran fuertes lluvias». La advertencia sobre el riesgo que entraña la situación del río Sellent la realiza el nuevo alcalde de Càrcer, Josep Botella. La corporación aprobó en el último pleno la firma de un convenio con la Fundación Limne, que trabaja en pro de la conservación de los sistemas acuáticos, para repoblar con bosque de ribera los márgenes del río y realizar un seguimiento de la calidad de las aguas, aunque el primer paso pasa necesariamente por la limpieza del cauce.
«El ayuntamiento va a intentar por todos los medios que la Confederación Hidrográfica cumpla porque es su responsabilidad, pero si no lo limpia tendrá que ser el ayuntamiento el que lo asuma con fondos municipales, porque el problema no lo tiene la CHJ, sino el pueblo de Càrcer porque hay gente que vive muy cerca», señala Botella.
La problema de la acumulación de cañas en el Sellent no es nuevo, aunque el alcalde de Càrcer considera que la solución no pasa por enviar una máquina cada cierto tiempo para que las corte «porque en dos o tres meses vuelven a salir las cañas con más fuerza». El convenio con la Fundación Limne busca recuperar este espacio de ribera e implicar a la sociedad en el control y conservación del río.
