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La CHJ no tomará medidas pese a los cuatro ahogados en siete años en Antella

El ente hídrico asegura que la ley sólo le obliga a instalar carteles de prohibición y que no es posible establecer vigilantes a lo largo del cauce

La CHJ no tomará medidas pese a los cuatro ahogados en siete años en Antella

La Confederación Hidrográfica del Xúquer (CHJ) no tiene previsto tomar medida alguna después del fallecimiento el domingo en l'Assut de Antella de un nuevo bañista. Fuentes de la organismo que controla la cuenca del Xúquer señalaron que no es «posible poner puertas al campo» ni un guarda cada diez metros para evitar el baño.

Señalan que la ley de Aguas sólo obliga a poner señales de prohibido el baño en los espacios que pueden resultar peligrosos, como de hecho ocurre en l'Assut de Antella, donde desde hace años existe esta prohibición que es vulnerada constantemente por los turistas, que copan masivamente el paraje durante los meses de julio y agosto, cuando la población ribereña llega a triplicar sus habitantes por la llegada de visitantes de todo el territorio valenciano e incluso de las comunidades autónomas cercanas.

Desde la CHJ lamentaron el fallecimiento del pasado domingo, pero señalaron que es imposible controlar que los bañistas se lancen al agua en los miles de kilómetros que tiene la cuenca del Xúquer.

La indignación volvió a adquirir forma tras el fallecimiento de un joven en el llamado «tercer portell» de l'Assut antellense. Evidentemente, la zona no está acondicionada para el baño y siguen existiendo múltiples peligros al coincidir las ansias de diversión de los turistas y las condiciones de riego del sistema hídrico. El contacto acabó con la muerte del joven colombiano el domingo, cuando se vio atrapado en una madera al intentar deslizarse por un tobogán natural que se crea en un canal por el que el caudal del agua se separa entre la naciente Acequia Real y el cauce del río en su camino hacia Cullera.

La zona del desastre fue frecuentada masivamente en los días previos por cientos de turistas de todas las edades, que no vieron el peligro hasta que sucedió la catástrofe que acabó con la vida del joven llegado de Murcia y de cerca de treinta años. Sin embargo, extraño es el día que no acontece algún susto en el que algún que otro vecino o vecina (que son los que mejor conocen la zona y sus peligros) o algún visitante han de convertirse en esporádicos héroes para salvar la vida a un joven desorientado o a una niña indefensa por los peligros de un río que no piensa en las personas.

En los últimos años han fallecido ya cuatro personas en el paraje natural de Antella, a los que hay que sumar los perecidos en la próxima Sumacàrcer, donde se vive una situación similar después de acondicionarse una zona para el baño tanto en la entrada al pueblo (donde nació hace unos años también un chiringuito veraniego) como en la conocida como l'Esgoletja, un paraje situado en la zona alta del municipio que vio morir hace un par de años a un vecino, sorprendido por los remolinos del caudal.

Protestas del ayuntamiento

Ya ayer había cundido el pánico y ningún bañista osó a deslizarse por la zona del desastre en Antella. Muchos fueron los que a lo largo del día se acercaron por el «tercer portell» para intentar entender los pormenores de un accidente que causó estupor por la crudeza de un proceso de extracción que se alargó durante más de tres horas. De hecho, los servicios submarinistas de la Guardia Civil se movilizaron, aunque frustraron su llegada al pueblo ribereño ante la solución del problema acometido por los bomberos, la Policía Local y algunos miembros de la Protección Civil antellense.

El ayuntamiento ha protestado en infinidad de ocasiones por el abandono de l'Assut, con diques reventados por la acción continuada del agua o suciedad masiva después de las jornadas álgidas de turismo. El consistorio antellense reclama más competencias sobre el paraje para poder adecentar la zona.

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