El autobús lanzadera que cubre el trayecto entre las tres poblaciones del Marquesat, Catadau, Llombai y Alfarp, y las estaciones de la línea 1 de Metrovalencia en la Font d'Almaguer y la de Renfe en Benifaió tiene casi seguro los días contados. La escasa ocupación y el pago que la diputación tiene que hacer a la empresa concesionaria por prestar un servicio que tiene una demanda de unos 300 viajeros mensuales van a abocar a la desaparición de este servicio, según ha confirmado Levante-EMV.
El conexión de autobús a l'Almaguer y la estación de Benifaió se puso en marcha poco antes de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, pero tenía como vencimiento este mes de noviembre. Se hizo a través de la Mancomunitat del Marquesat cuando los tres municipios estaban gobernados por el PP y la presidía el entonces alcalde de Alfarp José Miguel Añó.
El objetivo era el traslado de vecinos, pero mayoritariamente universitarios a los que se facilitaba una conexión con el metro y Renfe. Se realizaron tres meses de prueba por un valor de 5.000 euros mensuales, aunque se excluyeron los de junio, julio y septiembre por el parón escolar
Sin embargo, las fuerzas de izquierda de las tres poblaciones siempre interpretaron que se trataba de una medida electoralista, pero como estaba en funcionamiento presionaron para lograr su mantenimiento. De hecho, hace unas semanas, el alcalde de Llombai, el socialista Anselmo Cardona, realizó de viva voz esa petición en un acto del presidente de la diputación, Jorge Rodríguez, con alcaldes de la Ribera celebrado en Carcaixent.
Un euro por viaje
Sin embargo, el autobús tiene fecha de caducidad y la decisión en la diputación está tomada. Se considera que es un ejemplo de una línea insostenible porque no sólo es deficitaria sino que además tiene una baja demanda como señalan los estadillos que los municipios envían a final de mes a la diputación. Según ha sabido este diario apenas se recaudan de media mensual algo menos de 300 euros —cada pasajero abona un euro por trayecto— cuando la diputación de Valencia paga 5.000 euros mensuales a la empresa que presta el servicio. Se da incluso el caso de que en algunos desplazamientos el autobús viaja sin pasajeros.
Tufillo electoralista
Además, un portavoz de la corporación provincial asegura que el transporte interurbano no es una competencia de la diputación, sino de la Generalitat y también señala el tufo electoralista que desprende una actuación que el PP puso en marcha pocos días antes de las elecciones, pero que tenía fecha de vencimiento este mes de noviembre. Lo más probable es que el servicio se prolongue hasta fin de año, pero que quede suspendido a partir de año nuevo. Con ello quedarán eliminados los seis viajes de ida y otros tantos de vuelta que el autobús realizaba.
La empresa concesionaria es autobuses Buñol que en la actualidad tiene concedida la gestión de la línea entre el Marquesat y Valencia y ya ha cobrado la totalidad del servicio prestado como lanzadera ya que la factura por el volumen total de viajes tiene fecha de 31 de mayo.
