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Lucha contra el olvido en una fosa

La familia de un vecino de Benifaió fusilado en 1939 busca fondos para exhumar los restos

El vecino de Benifaió, Juan Bautista Cuallado, fue fusilado en Paterna en 1939 y ahora su familia busca fondos para poder exhumar los restos. A Juan Bautista lo acusaron de haber participado en el asesinato de dirigentes de derecha de Castellar-Oliveral.

A Isabel Cuallado le fusilaron a su padre al poco de terminar la Guerra Civil y al estigma social que ha tenido que sufrir durante años por ser del bando perdedor, ahora se une el estigma económico, porque en 2011 el Gobierno cortó de raíz todas las ayudas para exhumar las fosas. Así que esta vecina de Benifaió, junto a su marido, su hijo y el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, está removiendo cielo y tierra para conseguir fondos económicos y poder recuperar el cuerpo de su padre.

Juan Bautista Cuallado era collidor y, como había hecho en tantas otras ocasiones, al poco de terminar la Guerra Civil acudió un día a la plaza del pueblo a buscar trabajo. Sin embargo, esa mañana la Guardia Civil se lo llevó arrestado junto a otros compañeros. Este vecino de Benifaió pertenecía al sindicato CNT, pero poco más sabe su hija de él porque su madre nunca quiso dar muchos detalles sobre una historia que marcó a la familia. La investigación que ha realizado la historiadora, Helena Villasante, junto al hijo de Isabel, Eduardo Ortuño, ha desvelado el resto de detalles.

En la prisión de Carlet

Juan Bautista ingresó en la prisión de Carlet en mayo de 1939 y, a principios de julio, se celebró un Consejo de Guerra colectivo en el que, junto a otros compañeros, le acusaron de estar implicado en el asesinato de siete hombres de la pedanía Castellar-Oliveral vinculados a la derecha local. Así que, finalmente lo condenaron a muerte. Aunque, de esta historia existen dos versiones. Uno de los acusados era el propietario de una empresa de autobuses de Benifaió al que, según la sentencia, obligaron a conducir el vehículo que transportó a los fusilados de Castellar-Oliveral. Por eso, el tribunal militar lo absolvió de todo delito. Pero la madre de Isabel le contaba que fue a su padre a quien obligaron a conducir el autobús. La historiadora, Helena Villasante, remarca que, de todos modos, estos juicios eran meros «actos de trámite», no era necesario que la defensa fuese un experto en leyes y tampoco había garantías jurídicas.

Después del juicio, Juan Bautista estuvo unos meses en la cárcel de San Miguel de los Reyes, en Valencia y el 25 de octubre de 1939 lo fusilaron en Paterna junto a otros compañeros. Isabel tan solo tenía 18 meses cuando condenaron a su padre, así que nunca llegó a conocerle.

De pequeña visitó en diversas ocasiones la fosa ubicada en Paterna, pero después su madre se volvió a casar y ya no regresaron. Aún así, el fusilamiento de su padre les marcó para siempre. «Todas las mujeres salían a coser a la calle y mi madre y yo nos quedábamos en el corral», recuerda Isabel, que tuvo que soportar que una profesora le preguntara por qué habían matado a su padre.

Eduardo Ortuño remarca la necesidad de lograr financiación para la exhumación. Él mismo viajó a Madrid para consultar el expediente militar de su abuelo y ahora busca dinero para exhumarle. Isabel le dijo un día a su hijo que quería poder descansar eternamente junto a su padre y, entonces, Eduardo se movilizó para recuperar a su abuelo. A través de internet contactó con algunas asociaciones y, finalmente, dio con Matías Alonso, coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valencia (GRM) y con la historiadora, Helena Villasante. Esta investigadora llegó a acompañar a Eduardo a las oficinas del Ministerio de Defensa en Madrid para consultar el expediente de su abuelo. Pero ahora no tienen dinero para exhumar la fosa.

Matías Alonso cuenta que entre 2009 y 2011 el anterior gobierno socialista destinó fondos para este cometido, pero al llegar Mariano Rajoy a la Moncloa cortó de raíz todo tipo de ayudas. Por eso, el GRM está organizando diferentes actividades para recaudar fondos. «La familia no debería poner dinero, es una obligación del Estado», opina Matías. Como mínimo, la exhumación ascenderá a unos 15.000 euros aproximadamente y por ahora tan solo han conseguido 3.000 euros. «Necesitamos que alguna empresa o equipo deportivo financie la exhumación», indica Eduardo.

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