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La reforma del peligroso cruce de la N-332 en Favara no avanza

La construcción de la circunvalación de la CV-510 y de la N-332 en Favara lleva años de retraso La crisis y las elecciones lo ralentizan

La reforma del peligroso cruce de la N-332 en Favara no avanza

El pequeño municipio de Favara debe soportar cada día el paso de miles de vehículos al confluir en su término municipal tres vías: la CV-510, la N-332 y la entrada a la autopista AP-7. Hace años que se está pendiente de construir el desvío de las dos primeras carreteras, pero la crisis y la falta de coordinación entre Administraciones han ido retrasando estos proyectos, vitales no solo para los vecinos del municipio sino también para los miles de ciudadanos que se desplazan al peaje o a las playas.

Recientemente el primer teniente de alcalde de Favara, Rafael Gisbert y la concejala de Urbanismo, Isabel Borràs, se reunieron con el diputado de Carreteras, Pablo Seguí, para reclamar la construcción del desvío de la CV-510. Según se les explicó en el encuentro, el proyecto básico y el estudio de las alternativas están redactados. Pero la diputación deberá realizar el proyecto en colaboración con el Ministerio de Fomento porque esta carretera confluye con la N-332. Así, ambas Administraciones deberán colaborar técnica y económicamente.

No obstante, la cercanía de las elecciones generales está retrasando aún más el proyecto porque tanto la diputación como el ayuntamiento de Favara esperan a que pasen los comicios para presionar al nuevo ejecutivo para que realice la obra. La intención es desviar la CV-510 y construir una rotonda que regule la confluencia con la N-332 y la entrada a la AP-7. El gobierno local (Compromís y PSPV) quiere que esa especie de circunvalación se sitúe lo más lejos posible del casco urbano.

Desvío

Otra obra que lleva años de retraso es la construcción del desvío de la N-332. En 2010 se paralizaron las obras de la A-38 y aunque recientemente se volvieron a reiniciar, aún no hay fecha concreta para la construcción de esta nueva vía a su paso por Favara. A finales de este año está previsto que se termine el acceso norte a Cullera, pero después faltará completar la autovía y crear la entrada sur a Cullera y la de Favara. Estas actuaciones tardarán en ejecutarse entre tres y cuatro años, según anunció el delegado del Gobierno en la Comunitat Valencia, Juan Carlos Moragues, en una reciente visita a las obras de la A-38.

Así que Favara tendrá que seguir sufriendo el paso de miles vehículos. Los atascos, que llegan a prolongarse hasta 45 minutos, son especialmente importantes los fines de semana y en verano, ya que la CV-510 conecta la Ribera con la costa. Al intenso tráfico hay que unir los efectos negativos del paso de centenares de vehículos pesados por el pueblo. «El tráfico permanente de camiones está destrozando el asfalto», señaló la edil Borràs.

Además, si la entrada norte a Cullera por la A-38 constituye un punto negro, la confluencia de diversas carreteras en Favara no se queda atrás. A lo largo de estos años se han producido diversos accidentes, algunos de ellos con víctimas mortales.

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