Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Richard Estrelles da nueva vida a la bicicleta del abuelo

El suecano de 38 años restaura y recicla bicis rescatando valores sentimentales en la mayoría de los casos

Richard Estrelles da nueva vida a la bicicleta del abuelo

El suecano Richard Estrelles Latorre, de 38 años, dedica a las bicis parte de su tiempo libre. Restaura y recicla rescatando sentimientos en la mayoría de los casos. La primera que regeneró fue una BH 600, «idéntica a la que tenía su abuelo Ricardo. «Aquella era de paseo y plegable y fue una de las primeras en las que monté cuando aprendía a mantenerme sobre una bici», recuerda de la que utilizaba su abuelo, agricultor, como medio de transporte para desplazarse al mercado de abastos o al campo. Años después encontró una del mismo modelo en un mercado. «La compré por 35 euros, le puse las cubiertas, le ajusté las ruedas, y todo lo que fue necesario para restaurarla», cuenta. Gastó cerca de 150 euros, prácticamente lo mismo que si me la hubiera comprado nueva. «Pero mi ilusión era tener esa bicicleta, la antigua, la que yo recordaba con tanto cariño», confiesa.

Tiene una colección de más de veinte a las que les pone nombre. La primera que restauró es «Nuvolet», por su color azul. También está «Maurice», en referencia al apodo de su padre Paco, conocido como El Mauri, o «Isabelle», en honor a su madre. Sus manos también han servido para volver a poner en valor bicis de familiares y amigos. «El caso clásico es, según mi propia experiencia, ir con tu bicicleta restaurada y que despierte el interés de algún conocido por su parecido con alguna que tenga guardada en casa y ya no la use», explica. Prácticamente todas las restauraciones que ha realizado han sido para regalo. Y siempre con alto valor sentimental. «Aunque, también hay quien se enamora del diseño que ve y quiere que le arregles una bicicleta como la que llevas tú», cuenta.

Herencia de familia

El encargo más importante que le hicieron fue el de un conocido que quiso regalar a sus nietos la bici que había pertenecido a su padre. «No reparó en gastos, se pintó con una pintura excepcional y al final rondó los 500 euros de inversión», recuerda, a pesar de que dejar una bicicleta en buen estado, atendiendo al arreglo más simple, cambiando las cubiertas, las zapatas de freno, el sillín, y algún otro elemento menor puede costar unos 60 euros.

Compartir el artículo

stats