La mirada de un animal que ha sido abandonado a su suerte es algo que no se olvida fácilmente. Esta semana un perro de apenas dos meses de vida fue lanzado por encima de una valla en un campo próximo a Cullera. El cachorro, sólo y desvalido, fue localizado y trasladado a una protectora de animales que le dio cobijo y le prestó todo tipo de atenciones, médicas y afectivas, para salvarle la vida.

Por suerte existen personas que, por propia elección, dedican una parte de su tiempo a llevar a cabo una acción solidaria, a

ltruista y no remunerada. Individuos que realizan una labor de vital importancia y cuyo mayor reconocimiento pasa por borrar de la faz del animal el miedo y el cansancio. Pero la crisis y los recortes no sólo provocan víctimas humanas. Las protectoras de animales domésticos de la C. Valenciana luchan cada día por sobrevivir, o mejor dicho, los voluntarios luchan para que los perros y los gatos que llenan sus instalaciones lo hagan.

Son los casos de las cuatro protectoras de Alzira, Carcaixent, Catadau y Cullera que se esfuerzan a diario por sobrevivir, o mejor dicho, que se las ingenian para que a los animales que acogen no les falte alimento, medicinas y cariño.

Su principal motor sigue siendo la adopción, que las personas se acerquen a sus instalaciones y se lleven consigo no solamente a una mascota sino al amigo y confidente que llega a ser durante el periodo de convivencia, un animal de compañía. Durante las fiestas navideñas los voluntarios echan toda la leña en el asador, venden lotería, rifas y calendarios, montan fiestas en discotecas y pubs, organizan eventos y rutas de senderismo o hacen camisetas. Cualquier excusa es válida para conseguir fondos para pagar el pienso de mañana.

En la mayoría de los casos, salvo contadas ocasiones, viven al día y hacen todo lo que está a su alcance para recoger dinero y así poder seguir garantizando que, durante un tiempo más, los animales estarán a salvo en los refugios de unos vecinos y vecinas de la Ribera que también saben luchar con afiladas garras.

Pero claro, el dinero sólo es un medio, nunca la finalidad. El objetivo último es que todos los animales rescatados que fueron abandonados en su día puedan disfrutar de una casa, de una familia que los trate con el respeto y el amor que merecen.