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El estado de la ciudad también se debate

Las nuevas fórmulas de participación chocan con el desconocimiento de los vecinos

Entre 30 y 40 personas asistieron ayer al primer debate sobre el estado del municipio celebrado en el Ayuntamiento de Alzira. Un nuevo intento por parte del equipo de gobierno de insertar la filosofía de las asambleas ciudadanas en los salones nobles del consistorio que, de momento, ha quedado en tablas.

Al menos una docena de vecinos se aventuraron ayer, a través del correo electrónico o de forma presencial, a trasladar sus quejas sobre un asunto en concreto o a insistir en peticiones previamente trasladas por registro de entrada. El estado de inseguridad en el que viven los vecinos del barrio del l´Alquerieta fue una cuestión abordada por varios alcireños que obtuvieron como respuesta un «estamos trabajando en ello» por parte de la edil de Seguridad de Alzira, Sara Garés.

El abandono de las calles y plazas según qué barrios también estuvo presente en boca de los participantes. Sacaron a relucir el caso de los solares de Tulell o la cantidad de excrementos que los viandantes encuentran en las inmediaciones del parque Pere Crespí. Fernando Pascual, concejal de Servicios Públicos, preguntado por la peligrosidad que supone el uso de azufre de forma indiscriminada por parte de algunos vecinos para evitar que los perros miccionen en los patios y aceras, adelantó que modificaría la ordenanza municipal para que éste no estuviera autorizado al tratarse de un producto tóxico.

La escasa inversión en materia de Medio Ambiente ocupó también buena parte de un debate, que más que una discursión se convirtió en la posibilidad de quejarse cara a cara con el concejal de turno y, si hay suerte, arrancarle un compromiso. Pedro Domínguez, portavoz de la «Ribera en bici», lamentó en repetidas ocasiones el escaso presupuesto consignado: «No es serio que no exista una partida presupuestaria en condiciones para Medio Ambiente», dijo. Un hecho que desde las concejalías relacionadas con el área achacaron a la inyección económica que esperan llegue de Europa como agua de mayo en época de sequía.

En término generales los ciudadanos criticaron que se habían enterado por casualidad de la convocatoria del debate, tampoco sabían muy bien en qué punto y de qué forma se podía intervenir. Son fórmulas de participación todavía muy desconocidas.

Se puso al alcance del ciudadano opinar sobre el balance de las políticas efectuadas en 2015, y se repasó el presupuesto general aprobado para el ejercicio 2016. En este punto hubo quien sugirió hacer las cuentas más participativas, de cara a su elaboración a finales de año, para que fuera la gente quien decidiera en qué se gasta el dinero, tal y como ya están poniendo en práctica otros municipios de la comarca.

En definitiva, unos y otros, políticos y vecinos lo intentaron aunque en este debate no hubo claros ganadores. Queda por ver qué pasará en próximas ediciones.

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