Para los regantes, diciembre y enero son generalmente dos meses de descanso en el que se suelen acometer tareas de mantenimiento y limpieza de las acequias.
Este es un periodo durante el cual el ritmo frenético de riego se detiene en gran medida y queda relegado al ámbito de la huerta. Pero no ha llovido, al menos no lo suficiente, y eso sumado a las altas temperaturas registradas y al viento de poniente ha obligado a tomar medidas excepcionales para que tanto los cítricos que todavía están en producción como aquellos que lo han estado recientemente no sufran las fatídicas consecuencias de la falta de humedad.
El recién finiquitado 2015 y lo que llevamos de 2016 están siendo anómalos en muchos sentidos. Explica Juan Valero de Palma, secretario general de la Acequia Real del Xúquer, que: «se está regando del orden de 2 horas y media a la semana si se trata de árboles cítricos ya recolectados, y sobre las 5 horas en el caso de que todavía cuelgue fruta de ellos».
En estas fechas no es habitual destinar agua a los árboles porque, entre otras cosas, suele llover. Pero tal como publicaba ayer Levante-EMV en la comarca de la Ribera el registro de precipitaciones ha caído un 17% por debajo de la media histórica en 2015. Alcanzando en el caso de la Ribera Baixa una reducción de hasta un 25% y en el caso de la Ribera Alta una disminución del 9%.
Suplir la falta de lluvias
«Los árboles tienen unas necesidades de agua específicas. Con el aumento de las temperaturas y la falta de lluvias nos vemos obligados a aportar el agua que no están recibiendo de forma natural», apunta Valero de Palma.
Se trata de entre un 1% y un 2% del volumen total de litros, no es una cantidad alarmante pero cabe tener en cuenta que los recursos hídricos que se están utilizando en las parcelas de los 20 términos municipales regados por la Real Acequia del Xúquer -como son por ejemplo Alberic, Antella o Alzira- no deberían estar siendo utilizados en estos momentos.
«No hemos tenido margen de maniobra» lamenta el secretario de la Real Acequia del Xúquer. De las 250.000 hanegadas que abastece la real acequia a día de hoy se está sirviendo agua durante unas horas a la semana a alrrededor de 100.000 hanegadas.
«Existe incertidumbre sobre la evolución de los frutos», comenta Valero de Palma, «sobre todo porque después llegará el frío y generará dificultades», sentencia.
Víctor Franco, presidente de la comunidad de regantes del Escalona -que riega la Vall de Càrcer y Sumacàrcer- lamenta que se esté consumiendo agua que en teoría debería ser utilizada en verano, «nos estamos comiendo los ahorros», señala, «pese a ello en los últimos años nuestra política y la de los agricultores pasa por administrar muy bien los recursos hídricos», insiste.
Ahora, prosigue el responsable de la Real Acequia del Escalona, se está regando las parcelas de cítricos porque «necesitan su dosis y si carecen de la humedad adecuada el árbol podría resentirse, eso está más claro que el agua».
Franco recuerda que, pese a las medidas excepcionales que se están llevando a cabo en la actualidad y que suponen el riego de los cítricos en una época en la que usualmente no suele llevarse a cabo, «son ya tres o cuatro años en los que no llueve en la comarca y las reservas de agua bajan».
El presidente de los regantes del Escalona indica que los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Xúquer controlan las cifras y la situación y que, al menos por ese lado, «estamos tranquilos».
Regantes de la Real Acequia de Carcaixent también están solicitando aplacar la sed de sus árboles con el líquido elemento, observan el impacto de las elevadas temperaturas y esperan que en un futuro nadie lamente los daños.
