El dato no es científico, pero los cazadores no dudan de que el aumento de piezas capturadas el último año es una consecuencia directa del aumento de la población de jabalíes en el término municipal de Alzira. Es más, el presidente del Club de Caça i Tir Sant Bernat, José Antonio Ferrer, alerta de un desplazamiento de esta plaga hacia la huerta de forma que, según subraya, «hay jabalíes que ni siquiera conocen ya la montaña». «Los últimos inviernos secos han provocado un desplazamiento hacia la huerta y estos jabalíes han nacido en los márgenes de los ríos y se han quedado ya en esta zona porque tienen alimento y agua», apunta Ferrer, que señala como un factor determinante la invasión de cañas que ha colonizado grandes tramos de los ríos -no sólo del Xúquer, también del río Verde o del barranco de Barxeta- y el abandono de campos de cultivo, que se llenan de maleza y se convierten en un terreno abonado para la presencia de cerdos salvajes.
La sociedad de cazadores contabiliza al concluir el año 2015 un total de 159 jabalíes abatidos en las esperas realizadas en Alzira, según los análisis de triquina realizados en una farmacia que tienen de referencia en la capital de la Ribera Alta, que determinan si la carne está en condiciones de ser consumida. José Antonio Ferrer señala que este dato, sin ser exacto ya que hay socios de otras localidades que analizan las piezas capturadas en otros laboratorios por lo que la cifra es con toda seguridad más alta, es un buen termómetro para conocer el resultado de las esperas realizadas durante el año para combatir esta superpoblación de jabalíes, que causa daños en los campos de cultivo al escarbar los árboles en busca de raíces y que también provoca accidentes de tráfico al invadir carreteras. Además, incide el presidente de la sociedad, se trata de la cifra más alta que se ha registrado, al superar los 150 análisis que se realizaron el año pasado en esta misma farmacia, que registra una tendencia al alza desde hace algún tiempo.
Agua cerca e inviernos suaves
«En los últimos años se ha producido un aumento de la población y estamos viendo jabalíes en zonas en las que antes era imposible ver un jabalí», relata José Antonio Ferrer, mientras incide en que los cañaverales incontrolados junto a los ríos y los campos abandonados representan un buen refugio para estos animales salvajes. Por otra parte, incide, el hecho de tener agua y alimento tan cerca y los suaves inviernos de los últimos años propician que «las hembras estén criando varias veces al año», lo que contribuye a aumentar si cabe más la población. «Antes se les veía criar en primavera, de cara al verano, pero ahora en octubre o noviembre también se han visto rayones», apunta Ferrer.
El directivo del Club de Caça Sant Bernat detalla que en el término municipal de Alzira hay dos área que son auténticos santuarios para los jabalíes. Por una parte, el valle de la Murta, donde al tratarse de un paraje protegido está prohibida la caza, y la Casella, «otro criadero para el jabalí donde prácticamente es imposible cazar por la normativa y la presencia humana». Ferrer añade a estos dos parajes el cauce del Xúquer que cruza la comarca, «donde el jabalí ha encontrado refugio porque hay zonas a las que es imposible acceder a cazar por la maleza continua». «Los cazadores de aqui no tenemos perros para la caza del jabalí, son perros para la caza menor e intentamos impedir que persigan a los jabalíes para evitar males mayores porque hay algunos que reaccionan atacando a nuestros perros y han llegado a provocar heridas graves y también las hembras, cuando están con sus rayones, se muestran muy defensivas», explicó.
«Si no se hicieran esperas para cazar jabalíes sería un grave problema no sólo para la agricultura, sino también para el tráfico, lo más importante para el club es poder evitar accidentes en la carretera y seguiremos haciendo esperas para tener una población de jabalíes óptima y no una sobrepoblación», concluyó.
