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La solidaridad también se enseña

Un grupo de padres de Algemesí impulsa una asociación para que los niños aprendan a cooperar Organizan meriendas y venden camisetas cuyos beneficios van a parar a Burkina Faso y Ecuador

La solidaridad también se enseña

Dicen que la crisis en la que estamos inmersos más que económica, es una crisis de valores. De ahí que los padres y madres que fundaron la asociación «Zakatiki» que en mooré -idioma de Burkina Faso- significa «proyecto en familia», decidieran implicar a sus propios hijos en la realización de actividades vinculadas con la cooperación internacional.

Concienciar a los adultos del mañana sobre la necesidad de conocer otras realidades, abrir la mente y reforzar valores como la solidaridad son los tres pilares que sostienen esta organización sin ánimo de lucro cuya sede se emplaza en Algemesí.

Sus miembros son algemesinenses, alcireños, de l'Alcúdia, pero también de Palma de Mallorca o Madrid. Los once fundadores se conocen de toda la vida, compartieron pupitre y juegos en el patio de la escuela. Y cuarenta años después, ahí siguen, recurriendo a las aulas como punto de encuentro. Es en los colegios de la Ribera donde más actividades realizan gracias a la implicación de las Ampas y del profesorado. Rememora su presidente, Ismael Abel, que la colaboración con el colegio Alborxí de Alzira se inició hace algunos años con la celebración de meriendas solidarias.

La iniciativa consiste en vender productos elaborados por las familias a cambio de un donativo simbólico. «Más que fondos se trata de recaudar dinero solidario y emocional», argumenta el presidente de la asociación Zakatiki.

Su lema es: «tota pedra fa paret», así que poco a poco van recaudando dinero con la venta de chapas y camisetas o la realización de eventos deportivos cuyos beneficios también van a parar íntegramente a los proyectos en los que colaboran y que actualmente se desarrollan en Burkina Faso y recientemente en Ecuador.

Pablo Frasquet, otro miembro fundador de la asociación, apunta que: «impulsamos iniciativas para que los niños entiendan las circunstancias en las que viven otros jóvenes de su edad en otros países del mundo».

Los fondos se han destinado en Burkina Faso a la construcción de un centro polivalente enmarcado en el proyecto de ayuda humanitaria «Wend be ne do» destinado a personas afectadas por el Sida y a los niños huérfanos. También están recolectando dinero para comprar bicicletas para que los jóvenes puedan ir al colegio con mayor facilidad.

La recaudación que viaja a Ecuador se destina fundamentalmente a la educación de los niños y los adolescentes. Allí estudian hasta secundaria, y cuando quieren pasar a Bachillerato deben ir a otros centros pero eso tiene unos costes que las familias no pueden asumir. Así que las becas se utilizan para comprar el uniforme, los libros y el material escolar durante el curso escolar.

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