Los parques de Villanueva de Castellón vuelven a estar abiertos después de que el ayuntamiento se viera obligado a cerrarlos esta semana ante el gran número de abejas que sobrevolaban estos espacios. Esta masiva presencia de abejas podría haber estado propiciada por el aumento en el número de apicultores que trabajan en esta zona y en los municipios de alrededor, según un experto consultado.
El ayuntamiento decidió el martes cerrar al público el parque de la estación, el de la calle Santa Ana y el del Racó del Teular, ubicado este último junto al centro ocupacional, porque había muchas más abejas de las que suele haber en estos espacios. Así que, para evitar que las tan molestas picaduras afectaran a los niños, se clausuraron estos espacios, ya que al no estar los enjambres completos no era viable su retirada por un apicultor.
No obstante, tanto los colmeneros como el ayuntamiento indicaron que es muy difícil que una de estas abejas pique a una persona. Además, los insectos no han tardado mucho en marcharse y entre el miércoles y ayer jueves se levantó la prohibición y se volvieron a abrir los tres parques afectados, según fuentes municipales. El alcalde de Villanueva de Castellón, Óscar Noguera, indicó que probablemente el viento ha propiciado que estos insectos se desplacen a otra zona.
Recorridos de seis kilómetros
José Candel, el apicultor que fue a revisar los parques de Villanueva de Castellón, indicó ayer que probablemente han aparecido más abejas porque en los últimos años ha aumentado el número de apicultores en éste y otros municipios cercanos y, por tanto, hay más colmenas repartidas por los campos aledaños.
Hace unos años sólo había dos apicultores por la zona, pero ahora hay algunos más y hay que tener en cuenta que cada apicultor puede contar con alrededor de cien cajas. Estas colmenas se distribuyen a lo largo de los huertos o los pinares. Y las abejas que están en estos espacios no pueden sobrevolar más de seis kilómetros en línea recta. Aunque se desconocen las causas de este aumento en el número de apicultores porque, según Candel, el precio de la miel no ha subido.
A esto hay que añadir que la morera, un árbol que se sitúa en uno de los parques afectados, está empezando a florecer y esto atrae a las abejas; junto con la carrasca, que también llama la atención de estos insectos. Estos árboles han iniciado el proceso de floración y las abejas acuden a ellos para polinizar. Candel cree que otro factor clave pueden haber sido las altas temperaturas de estos últimos meses, que han provocado que se adelante un mes la floración.
Este apicultor asegura que no recuerda que en estos últimos años hubiera aparecido una concentración tan elevada de abejas en los parques.
