Montroi iniciará en breve la segunda fase de las obras de restauración de la torre árabe. Estas nuevas actuaciones pretenden evitar las filtraciones de agua y el desprendimiento de piedras de la fachada. Pese a estar declarado Bien de Interés Cultural, el monumento estaba muy deteriorado. La sucesión de desprendimientos a través de la ladera de la montaña, acaecidos en 2014, que incluso alcanzaron el casco urbano pusieron de manifiesto la existencia de un problema que debía atajarse de raíz y que pasaba indefectiblemente por la rehabilitación integral de la fortaleza.
Las obras se iniciarán en cuanto Conselleria dé luz verde a la nueva actuación, que ha sufrido una pequeña modificación respecto al proyecto inicial. Técnicos del organismo autonómico están llevando las inspecciones pertinentes y se espera que esta nueva fase se complete en unos meses.
Primera fase concluida
Recientemente finalizó el primer ciclo de la reforma de la torre, mediante el que se adecuaó el acceso al castillo y se repararon las paredes de la fortaleza, de las cuales tres contaban con un elevado grado de deterioro, sobre todo en la parte del zócalo. Para ello, Montroi invirtió 30.000 también procedentes de una subvención de Diputación.
El consistorio tiene ahora previsto reformar la escalera de acceso a la fortificación, arreglar las paredes interiores y mejorar las canalizaciones en futuras fases del proyecto de rehabilitación. Para ello volverán a solicitar las ayudas que concede Diputación cuando el ente público realice la convocatoria. En actual alcalde en funciones, Antonio Carrascosa, explicó que «estamos trabajando activamente para conseguir más subvenciones. Vamos a solicitar ayuda a la Unión Europea y nos gustaría obtener también impulso económico de Conselleria. En estos momentos nos apoyan con las inspecciones», añade Carrascosa.
El proyecto de reforma de la misma persigue un rehabilitación total de la fortificación, reduciendo el deterioro y recuperando el aspecto original. La intención es que los vecinos puedan, en un futuro cercano, contemplar y disfrutar de un castillo que se conserve en perfectas condiciones. En los últimos años, el deterioro de la torre había aumentado considerablemente y el peligro de derrumbe amenazaba constantemente. De hecho, algunos de los desprendimientos que se produjeron en 2014 llegaron a alcanzar, incluso, el casco urbano del municipio de la Ribera.
