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«Hemos pasado de que el Consell no nos reciba a estresarnos por tantas reuniones»

«Hemos pasado de que el Consell no nos reciba a estresarnos por tantas reuniones»

¿Qué proyectos tiene en mente como nueva presidenta de los editores valencianos?

La consolidación de Full, que es uno de los proyectos de la última etapa más importantes; la participación activa de miembros de la asociación y eso que es una asociación muy participativa, pero en los últimos años van apareciendo editoriales nuevas y se trata de dar a conocer y abrirse a esos proyectos nuevos. Hay mucho trabajo que hacer, desde el plan de lectura hasta el trabajo conjunto con la Conselleria de Cultura, sobre todo en la sección del libro, se está haciendo mucho trabajo de internacionalización.

Y respecto a la feria del libro, ¿qué balance hacen?

Muy bueno. Han sido años complicados a todos los niveles, los niveles de lectura de los valencianos son desastrosos, es necesario ponerle solución y la feria es un acontecimiento importantísimo. Sacar el libro a la calle y hacer que los Viveros estén llenos de puestos, este año más que nunca con 99 puestos. Ha crecido el número de participación de librerías, la presencia de los editores valencianos en la carpa de Generalitat Valenciana es importantísima y las ventas son muy buenas. (?) El sector ha hecho un gran esfuerzo y la Fundación Full ha contribuido a que el sector pueda trabajar conjuntamente (editores, libreros, bibliotecarios, etc.), ha dado una inyección importante al sector.

¿Cuál es la situación del libro en valenciano?

El balance? no puedo ser optimista, pero sí que lo soy, porque tenemos un momento en el que todos los interlocutores políticos están más sensibilizados con el tema y creo que nos espera un futuro de empuje y de darle soluciones. Pero la lectura en general es baja, está por debajo de la media estatal y la lectura en valenciano es paupérrima. Debemos hacer como sociedad una reflexión. Es un termómetro que puede hablar, por ejemplo, de la falta de sensibilidad o falta de creencia de que nuestra cultura vale, un desconocimiento de los magníficos escritores que tenemos, las editoriales que están publicando en valenciano en un nivel de calidad altísimo y de la situación de las librerías, que cada vez entra menos gente. De la falta de medios de comunicación en lengua propia, eso es fundamental, eso ha hecho que, en vez de ir creciendo, ha bajado. Todo eso es un conglomerado que juega muy en contra. No solo la crisis, que también, pero en una sociedad con lengua y cultura propia, estamos en un índice de lectura en valenciano que no llega al 3%. Navarra en lectura en euskera nos supera y los catalanes están en el 30%. Es un fracaso de la sociedad, de las políticas nefastas que se han hecho. Ahora los interlocutores tienen otra sensibilidad a recibirnos a la industria cultural, pienso que se está notando, el que no acompaña es el tema económico.

¿Cómo se puede cambiar esta situación?

Con presupuesto para destinar a políticas activas que fomenten la lectura y la presencia del libro en las librerías, apoyo a las librerías e, incluso, premiar a esas librerías de calidad que son sensibles y tienen en los estantes libros en valenciano. Activar la escuela. Los medios de comunicación en lengua propia son fundamentales, eso dignifica tu cultura y tu lengua, si no tenemos micros y pantallas, el pueblo no la valora (la lengua). Y, después, políticas culturales en los medios de comunicación, espacios donde se hable de cultura y libros. (?) Tenemos un complejo de criollismo fuertísimo, somos valencianos, pero parece que el valenciano es una lengua que sirve para ciertos estamentos, pero no para ámbitos como el académico o el político. (?) Pero estoy ilusionada porque ha habido un cambio. Ahora no es extraño que el alcalde de Valencia o el presidente de la Generalitat hablen en valenciano.

¿Están notando el cambio en el gobierno autonómico?

Sí. Hemos paso de que no se nos recibía, era complicado pisar una conselleria, a que (ahora) nos estén estresarnos con tantas reuniones. Ahora sí que somos interlocutores a la hora de hacer un mapa de la situación editorial.

Y respecto al libro valenciano, ¿depende mucho de las ayudas públicas?

No. Y, además, no es un sector que esté reivindicando «parant la mà», no se ha hecho nunca. Lo que está claro es que queremos, como toda la cultura, recibir ayudas. En los últimos años el libro en valenciano no ha recibido ninguna ayuda. No queremos porque sea en valenciano tenga más ayudas que otro sector, nadie cuestiona en este país cuando se le da dinero a la industria automovilística. Nadie reivindica porque no se ayuda al sector del libro, porque se están cerrando librerías continuamente, las editoriales si no se han cerrado es porque las ha absorbido otra editorial. Y nadie cuestiona porque eso no se le pone solución. Parece como que el libro en valenciano está viviendo de la limosna y eso no es cierto. A veces la competencia no es la de otro sector, sino del libro en castellano que tiene mucha más visibilidad y facilidad.

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