El presidente de la Colla de Recuperacions Extraordinàries CRE- València, Juan Luis Rodrigo, ha anunciado la suspensión de la «cordà» en Riola tras la negativa del ayuntamiento a que se celebrase en la calle les Barques y la Creu por las quejas vecinales. El consistorio encabezado por Judith Capellino ha instado a que los actos se realicen en otro punto de la localidad, mostrando su apoyo a la celebración de estas fiestas tradicionales que estuvieron desaparecidas del calendario más de diez años y que volvieron a Riola en 2007.
Juan Luis Rodrigo ha mostrado su indignación ante la sugerencia del ayuntamiento de cambiar de lugar las demostraciones pirotécnicas: «Llevamos mucho tiempo intentando recuperar la 'cordà' más tradicional, los últimos años estuvimos a las afueras de Riola y ahora que habíamos recuperado su lugar tradicional en la Creu nos niegan que la hagamos allí y se va a perder la identidad de la fiesta», explica Rodrigo.
La alcaldesa recuerda que fue la corporación que ella preside «la que rescató a la 'cordà' para acercarla de nuevo al pueblo». Además, señala que «al ayuntamiento han llegado quejas vecinales por los daños ocasionados a las fachadas en el año anterior; por eso, proponemos que cada año sea una zona diferente la que acoja este acto y evitar las molestias a las mismas personas de siempre», explica Capellino.
La respuesta de Rodrigo al respecto es contundente: «Los vecinos se han mostrado siempre a favor de la recuperación de esta tradición, si ahora unos se quejan y no quieren la fiesta en su calle, pronto se quejarán los demás y, al final, parecemos la 'fiesta de la basura'», sentencia Rodrigo.
Todo estaba preparado
El Ayuntamiento de Riola insiste en que «no se niega» a que se celebre la «cordà». Es más, según la alcaldesa, «los preparativos están listos: se ha contactado con la Guardia Civil para cortar las calles, se ha avisado a una ambulancia que vele por la seguridad de los participantes y de los espectadores y en el presupuesto se incluía el gasto necesario para su celebración», explica.
Capellino resalta que la decisión de suspender los actos le ha cogido por sorpresa: «Nos hemos enterado a través de las redes sociales, Juanlu publicaba la decisión de no celebrar la 'cordà' este año sin notificarnos nada; nuestro último contacto fue en una reunión en la que le explicábamos la situación y le solicitábamos que eligiera otro lugar que fuera adecuado para lanzar los cohetes y él se negó en banda», sentencia.
De igual manera, la alcaldesa recalca que está «abierta al diálogo para que la festividad siga adelante».
Uno de los principales argumentos de Rodrigo es que la «cordà» no tiene las mismas repercusiones para los vecinos que hace décadas: «Es cierto que hace veinte años esta fiesta era una auténtica locura, no existían medidas de seguridad y se causaban grandes destrozos». En los últimos tiempos, el lanzamiento de pirotecnia ha cambiado. «Ahora mismo se gasta menos pólvora, los petardos que se lanzan son de menor calibre, nos hemos adaptado a las diferentes normativas a nivel europeo y, además, se protegen las viviendas para evitar daños», explica.
Juan Luis Rodrigo se lamenta por el desarrollo que han tenido los acontecimientos: «Es una pena que hayamos conseguido exportar la 'cordà' a otros municipios y que en nuestro pueblo nos encontremos con esta situación», sentencia.
