La salud de los vecinos está en peligro, a veces, por las razones más sorprendentes. Desde hace tres días la entrada principal al mercado municipal de Cullera se encontraba cerrada, teniendo que acceder los usuarios por las puertas laterales. El motivo era la seguridad de los clientes, que se veían «atacados» por piñas gigantes que caían de los árboles cercanos.

El Ayuntamiento de Cullera tuvo que comenzar ayer la retirada de las piñas gigantescas de las dos araucarias de los Jardines del Mercado. Este año, los centenarios árboles están produciendo más frutos de lo normal, por lo que se ha tenido que realizar una intervención especial de urgencia para minimizar el riesgo de caída. Las piñas habían empezado a desprenderse sobre la zona ajardinada. Su tamaño, parecido al de un pequeño balón de fútbol, y los pinchos que recubren al fruto suponían un peligro para la seguridad de las personas.

El consistorio detectó el problema el pasado fin de semana y rápidamente acordonó los alrededores de las araucarias. En la mañana de ayer los operarios de la concejalía de Servicios Exteriores, mediante la ayuda de una grúa de 60 metros, procedieron a retirar las piñas. También se aprovechó la intervención de los servicios municipales para podar ramas muertas y quitar restos, como por ejemplo de bombillas que colgaban de los árboles por la celebración pasada de alguna fiesta.

La operación fue de envergadura dada la altura de estas especies arbóreas, plantadas hace más de un siglo cuando se construyó el Mercado Municipal. Concretamente, uno de los ejemplares mide 35,80 metros mientras que el otro alcanza los 38,5 metros. Las araucarias de este emblemático espacio en el corazón de la Vila están protegidas e incluidas dentro del Catálogo de Árboles Monumentales y Singulares de la Comunitat Valenciana. El edil del área, Salva Tortajada, apuntó que la intervención «se hacía del todo necesaria para evitar que una piña golpeara a alguna persona y le causara daños físicos». De hecho, debajo de las auraucarias hay algunas terrazas de los locales del Mercado Municipal.

Fructificación irregular

La fructificación de las araucarias es bastante irregular. Se trata de árboles que pueden alcanzar los siglos de vida y no empiezan a dar frutos hasta pasados unos 25 años de su germinación. De cada 2 a 5 años suelen dar más piñas de lo habitual, pero la cantidad producida este año en el caso de Cullera es inusitada. «Ni los mayores del lugar recuerdan haber visto algo parecido», afirmó Tortajada. Cuando acaben los trabajos el ayuntamiento local emitirá un informe sobre la situación y la zona se volverá a abrir al público tomándose las medidas de seguridad oportunas.