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Especie

La planta invasora avanza en el río Albaida tras estar un año sin tratar

La especie exótica coloniza los márgenes del afluente del Xúquer y en ocasiones cubre la totalidad del cauce - La zona de mayor vegetación de Manuel se concentra en el Clot del Gallinero

La planta invasora avanza en el río Albaida tras estar un año sin tratar

La presencia en el río Albaida de la planta invasora Ludwigia grandiflora, más conocida como duraznillo de agua, es cada vez más extensa. Los trabajos realizados el año pasado por la administración pública a lo largo del río para frenar su expansión no han obtenido los resultados esperados y la especie se ha vuelto a reproducir aprovechando las altas temperaturas. En su paso por Manuel, la falta de actuación ha ayudado a que la planta invada los márgenes del afluente del Xúquer, hasta el punto que en algunos tramos el tapiz verde cubre la totalidad del cauce y apenas se puede ver el agua.

Se trata de una planta acuática que contribuye al agotamiento del oxígeno y merma la biodiversidad del río. La Confederación Hidrográfica del Júcar no le prestó suficiente atención cuando aparecieron las primeras colonias de este ejemplar y se centró en otras especies invasoras más peligrosas como la myriophyllum, nativa en los humedales suramericanos que crece mucho más rápido y alto que el duraznillo de agua. Así pues, la ludwigia prosiguió con su expansión y actualmente «no hay ningún método efectivo para erradicarla», según explica el biólogo Salvador Argente.

Esta planta, también de origen sudamericano que se introdujo en el ecosistema mediterráneo como planta ornamental para estanques y jardines, se caracteriza por poseer una flores amarillas de cinco pétalos y por su rápida velocidad de propagación. «No tienen competidores, son capaces de sobrevivir a condiciones mucho más adversas que las especies autóctonas», añade Argente. Se reproducen sexualmente „por semillas„ y mediante brotes que se sueltan y crecen en otros puntos. Esto origina la rápida colonización del cauce del río, que en ocasiones se convierte en una completa manta y ni tan siquiera se puede observar el agua. Estas vegetales también sirven como refugio para algunos peces que se comen las larvas de los mosquitos tigre que anidan en los lecho fluviales y lastran su proliferación. La myriophyllum, por su parte, no ofrece esta opción al tratarse de una planta más peligrosa que cubre la totalidad del espacio que ocupa, imposibilitando el tráfico de peces y otras especies acuáticas.

Despejar el lecho fluvial

El alcalde de Manuel, Josep Antonio Pastor, ya solicitó hace ahora un año a la Confederación Hidrográfica del Júcar que se limpiara el cauce. En aquella ocasión, el organismo alegó que no había dinero para actuar pero instó al consistorio a presentar un proyecto que se aprobaría para que se procediera a la limpieza del cauce con fondos municipales. El ayuntamiento desestimó el procedimiento al no contar con una partida para completar la actuación, pero emprendió otras vías de actuación. «Hablamos con la Diputación y nos acogimos a una línea de subvenciones del área medioambiental para mejorar zonas degradadas», explica el alcalde. «Confeccionamos el proyecto y ahora todo esta en manos de la Diputación, así que se prevé que se actúe a finales de año». añade.

Según el plan ofrecido por la Diputación, sería el propio organismo público quien acometería las actuaciones. «La totalidad de las intervenciones alcanzan los 50.000 ?, de los cuales el municipio aportaría alrededor del 15 %», argumenta Pastor. El resto corre a cargo del área de Medio Ambiente de Diputación. Estos trabajos se centran en regenerar la zona del río más cercana al pueblo, eliminar las plantas invasoras como la ludwigia y plantar árboles autóctonos. De hecho, el crecimiento de árboles ayudaría a combatir a esta planta colonizadora que cubre gran parte del río Albaida, pues se trata de una especie heliófila que necesita del Sol para su desarrollo. En la zona del Clot del Gallinero, donde más proliferación de ludwigia existe, no se va a actuar, pues «se trata de un punto donde hace falta más medios y donde debería de actuar la Confederación», concluye.

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