El cadáver de una tortuga apareció el pasado martes en la Platja del Rei, en el Mareny de Barraquetes. El cuerpo sin vida del animal fue localizado sobre las 20 horas por Mª Ángeles Bautista, vecina de Godella que veranea en el Mareny Blau. «Vi un montículo que al principio creía que era de arena, pero cuando me acerqué vi que se trataba de una tortuga marina; yacía cerca de la orilla, ya lo había sacado el agua», explicó a este periódico la mujer que en esos momentos paseaba con su marido por la playa.
El animal podría llevar varios días muerto, ya que su cuerpo presentaba un avanzado estado de descomposición. «Cuando me acerqué a ver si estaba muerta o aún vivía pude comprobar que los ojos ya no los tenía», narró. La mujer avisó inmediatamente a la Policía Local de Sueca. Tras unos minutos, un operario de Servicios Municipales retiró el cadáver haciendo uso de una máquina retroexcavadora.
La Policía Local contactó, tras recibir el aviso, con el departamento de Zoología Marítima de la Universitat de València. Los técnicos de allí les comunicaron que ante casos como este mismo, en el que el animal presenta un estado de putrefacción, es el propio ayuntamiento quien debe retirar el cadáver, según explicaron ayer fuentes municipales.
Mª Ángeles mostró su preocupación por si pudiera tratarse del mismo ejemplar de tortuga boba que a principios de julio desovó en la vecina playa de Les Palmeres. «Por las características y tamaño podría ser la misma o una muy parecida», apuntó. «Comparando su tamaño con la de pies humanos llegué a la conclusión de que podría medir alrededor de un metro de diámetro desde la cabeza a la cola», añadió.
La mujer recordó, respecto a los huevos que puso la tortuga en Les Palmeres, que «dentro de nada vamos a tener pequeñas tortugas tras la eclosión de los huevos». En este sentido apeló «a la conciencia ciudadana» y apuntó que sería conveniente «que pusieran vigilancia para evitar que las personas puedan cogerlas impidiendo así que se adentren en el mar, que es su medio natural».
