La Iglesia Sagrada Familia de Alzira sufrió un robo en la madrugada del jueves. Los ladrones entraron por una ventana al templo del barrio de l'Alquerieta. Los asaltantes causaron destrozos en algunos muebles y se llevaron el dinero en metálico de las limosnas y donaciones de los feligreses: alrededor de 500 euros, según detalló el sacerdote titular del templo, Juan Antonio Cabanes. También desaparecieron pastillas de incienso, gominolas y el álbum de fotografías de la inauguración del templo.

Los ladrones usaron cajones de naranjas para accedir al edificio por una ventana lateral y salieron del templo por la puerta principal sin que ningún vecino les viese. El cura interpreta que deberían ser de pequeña complexión para poder introducirse por el espacio de la ventana. «La policía científica que ha venido me ha comunicado que será muy rápido identificar a los asaltantes, porque dejaron un rastro muy notable de huellas dactilares e incluso se cortaron a la hora de romper el cristal y entrar a la capilla», relató.

Una vecina que paseaba a su perro sobre las ocho de la mañana fue la que avisó a Juan Cabanes de los hechos al percibir que la puerta principal estaba abierta, según el sacerdote. No es la primera vez que intentan entrar al templo. «En otras ocasiones encontraba la puerta forcejeada, mandaba al herrero que la reforzara para evitar robos y por eso los asaltantes tuvieron que entrar por un lateral rompiendo una ventana», explicó el sacerdote.

Los ladrones no se llevaron ningún ornamento ni los utensilios para oficiar la misa. Al sacerdote le resulta «extraño» que sólo se llevasen dinero en metálico y que no robasen cruces u otros objetos que decoran la estancia. «Tenemos un equipo de mezclas de música y ni lo tocaron, eso sí que tiene valor económico. Tenían claro que iban a hacer daño más que a robar para ganar dinero», subrayó.

El sacerdote espera que se resuelvan pronto los hechos y admite estar «aterrado y con miedo», por temor a que «vuelva a ocurrir y las consecuencias sean peores». El cura de la Sagrada Familia desea que los 24 días que le quedan aquí «sean más tranquilos». El sacerdote titular del templo abandonará Alzira en pocas semanas. «Es un disgusto que en el último mes que me queda en esta ciudad me pase esto, estoy muy triste porque es como si hubiesen robado a una parte de mí», explicó.