La constatación del deficiente trato recibido por los pacientes de la residencia de mayores de Carlet va a tener consecuencias estructurales. La difusión de una fotografía de un anciano en el suelo después de caer de su cama ha provocado un terremoto en el mundo político valenciano y ayer fue la vicepresidente de la Generalitat y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, la que anunció que el modelo del centro va a cambiar drásticamente. Eso tras defender que no se cerrará pero que dejará de ser una macroresidencia, en la que ahora se da cabida a cerca de cuatrocientos ancianos y ancianas en situación de dependencia.

Oltra declaró que el centro de Carlet no se corresponde «con el modelo residencial que este Gobierno está impulsando» y que el edificio construido en la década de los ochenta no es «conveniente para la cantidad de personas en situación de dependencia que tiene».

Preguntada al respecto, la vicepresidenta arguyó que el Consell, frente al «modelo de residencia», aboga por «el modelo de autonomía», que implica que, siempre que se pueda, las personas mayores residen en sus propios hogares. De esta forma, la residencia queda «como última opción». Además, Oltra argumentó que estos centros para mayores deben ser «lo más parecidos a estar en casa» de forma que tienen que ser «espacios pequeños, amables, donde no se hagan macrocomedores», y destacó que Carlet «no tiene nada que ver con esto». Por ello, dijo que el geriátrico de este municipio ribereño no será «una residencia de 400 personas, será otra cosa».

Oltra también indicó que a finales de abril se decidió no derivar más personas al centro de Carlet, salvo en casos de «extrema urgencia», de forma que desde el 1 de mayo solo se han derivado siete casos, de forma que actualmente «hay 48 personas residentes menos en Carlet». Según la consellera, «la reivindicación de falta de personal se viene dando desde hace muchos años, básicamente por los recortes de este sector y el estado de abandono de los servicios públicos de los últimos años».

Argumentó que en el sector de personas mayores, en la época de gobierno del PP en el Consell «todos los esfuerzos se dirigieron a construir un sistema que desviaba hacia intereses privados de un determinado grupos empresarial», de forma que llevan «años de abandono». En esta línea, indicó que mientras que la Conselleria de Igualdad debería contar con veintisiete inspectores, cuando llegó el actual gobierno bipartito se encontró con siete. No obstante, destacó que han ampliado un 20 % esta cifra. Tras la publicación de la fotografía de un anciano en el suelo, a medio vestir, el pasado lunes Mónica Oltra se puso en contacto con los portavoces de los grupos parlamentarios y solicitó su comparecencia en las Corts para dar explicaciones.