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«No sé qué vamos a hacer para superar el nivel del MIM de 2016»

Santacreu se pone al frente de un festival internacional totalmente consolidado con la intención de reforzar más el teatro del gesto que se hace en tierras valencianas. Un reto importante de un festival que se supera edición tras edición.

Veintisiete años de MIM es sin duda una consolidación marcada por el trabajo de mucha gente. ¿Cómo se consigue llegar a estos niveles?

Efectivamente, trabajo de un gran número de personas y sobre todo mucha ilusión. Una relación pasional y un compromiso con el MIM y su público que se ha ido fortaleciendo a lo largo de estos 27 años.

Recoger el testigo del alma del festival, Abel Guarinos, era un reto que se superó bien. ¿Qué ha sido lo más difícil que encontraste en esta nueva aventura?

Presentar una programación de calidad que abarque todas las edades y todos los gustos. Abel ha cultivado un público de muy buena calidad que nos obliga a trabajar para buscar propuestas sorprenderles cada año.

Año tras año, la gente cree que el cartel de la edición presente no se puede superar y cada año es diferente y con gran nivel. ¿Cómo se puede mejorar cada año?

Eso pensamos cada año, de hecho es uno de los comentarios que más se escucharon en el primer día de MIM. Ni yo mismo sé cómo podremos superar esta edición, pero ahí está el reto y el trabajo.

¿Por qué este año, justamente, un mosquito en el cartel obra de Carlos Puchades.

Creo que el autor pretendía hacer referencia a los mosquitos que tenemos en los arrozales de nuestra ciudad, mostrar el mosquito o insecto que inyectará el veneno del teatro en cada uno de los espectadores.

Un festival que cada año trae a lo mejor que está en gira en el ámbito del teatro del gesto. MIM es sin duda ya una referencia mundial. ¿Se puede considerar el referente?

El MIM se ha convertido en un referente nacional como el mejor festival de teatro gestual y que por su especialidad se ha convertido en un festival único. Por otro lado, cada vez más, son las propuestas que nos llegan de centenares de compañías internacionales con el deseo y interés de participar en este festival.

London Mime Festival (Inglaterra) y el Festival International de Mime Actuel de Périgueux (Francia) son los referentes a nivel internacional. ¿El MIM de Sueca se sitúa ya a ese nivel?

Efectivamente, podemos hablar de un triángulo de los tres festivales especializados en el teatro gestual más importantes de Europa. Estamos entre los mejores carteles europeos del teatro del cuerpo.

Presentación de libros, talleres, conciertos, incluso este año una cata? MIM es mucho más que teatro gesticular.

El MIM es una cita que da cabida a muchas actividades culturales, presentaciones de libros, talleres, conciertos, exposiciones... hay que aprovechar este evento para ofreces posibilidades más allá del teatro gestual. En definitiva todo suma.

Cuando empezó el MIM hace 27 años, el teatro del gesto no era demasiado popular y a través de festivales como el suyo se ha levantado y lanzado. ¿Hay una mayor oferta o posiblemente lo que hay es más calidad?

Hay más oferta, más calidad y sobre todo el público se ha dado cuenta de que el teatro gestual puede ir mucho más allá que un mimo de cara blanca.

Sueca ha sido escenario del estreno de las compañías estatales más importantes. ¿Qué tiene el MIM que tanto atrae?

Les atrae el público, el ambiente festivo del MIM, la repercusión mediática. El público se entrega en cada representación y los espectáculos son observados con muy buena acogida de los espectadores.

Destacable siempre el papel de una compañía como Yllana que acude siempre fiel a su cita con Sueca.

Yllana es una de las compañía más queridas de nuestro festival. Creo que el público está necesitado de humor y esto es algo que Yllana saber saciar muy bien.

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