Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un atleta que vale por diez

Pablo Trescolí es ya un referente del decatlón en el que se aunan la velocidad de carreras sprint con la fuerza del lanzamiento o la capacidad de salto en las pruebas de longitud, altura o pértiga

el decatlón es un deporte para atletas versátiles con capacidad para adaptarse a las exigencias de disciplinas tan distintas como la velocidad o el lanzamiento.El atleta de l'Alcúdia durante una prueba de lanzamiento de peso, representando al club de Villarreal. Pablo Trescolí se ha visto obligado a especializarse en las diferentes disciplinas en liza. En la imagen, durante una competición de salto de altura.El lanzamiento de disco es también una de las modalidades más complicadas del decatlón moderno El ribereño en una prueba de salto de longitud. Cuando el pelotón se une es normalmente por la disputa de la competición de los 1.500 metros. Lanzamiento de jabalina. La velocidad se conjuga con la destreza en la prueba de los 110 metros vallas. La puntuación se va sumando durante los días de competición para la elección del deportista más completo en total. En la imagen 8, la prueba de los 400 metros lisos. Salto de pértiga, mientras en la imagen amplia de arriba se completa los 100 metros lisos. f levante-emv

El atletismo español baila al son de la nueva joya de l'Alcúdia. El Olimpo de los campeones tiene un nuevo inquilino, Pablo Trescolí. Otro valenciano más que se suma a Carlos Sánchez, Víctor Pastor, Izan Ahicart y Raúl Schlecht en la pugna por alcanzar la élite. El decatleta ha experimentado un poderoso cambio en los últimos dos años y, fruto de su madurez, ha conseguido subir al podio en el último Campeonato de España Absoluto.

El 4 de marzo de 1995 erigió en Notthingham una auténtica estrella. Pablo, con tan solo cinco años, tuvo que poner rumbo a la que hoy es su casa, l'Alcúdia. En 2004, tras los Juegos Olímpicos, despertó su afición por el atletismo. La localidad ribereña de Guadassuar vivió los primeros pasos de todo un campeón. Poco después se unió al Club Atletismo Playas de Castellón y empezó a formar parte del Proyecto FER. Sencillez, esfuerzo y constancia definen a la nueva perla ribereña. Pablo Trescolí, amante del deporte y competitivo como pocos, se ha consagrado como uno de los mejores deportistas de España.

En 2016 está viviendo uno de sus mejores años. Tercero en el Absoluto y primero en el Campeonato de España sub-23 de heptatlón, el joven atleta sigue luchando día a día por hacerse un hueco entre los mejores. Siempre de la mano de su familia y guiado por su entrenador, José Peiró, consiguió alcanzar la cima de la humildad. «Son y han sido siempre dos factores claves en mi carrera deportiva. Mi familia me ha apoyado cuando más lo he necesitado; mi entrenador me ha enseñado todo lo que sé. Luchar y trabajar hasta el final», afirma el decatleta.

El decatlón requiere de una fuerza física y metal descomunal. Pruebas de una, dos y hasta tres horas fuerzan que la fatiga, la tensión y el dolor entren continuamente en escena. Los 100 metros lisos, salto de longitud, lanzamiento de peso, salto de altura, 400 metros lisos, 110 metros vallas, lanzamiento de disco, salto con pértiga, lanzamiento de jabalina y 1.500 metros lisos conforman el día a día de un decatleta que luche por erigirse como el deportista más completo que se conoce, el fin último de este deporte.

«Parece una locura que alguien salte dos metros de alto, más aún cuando también puede lanzar una bola de 7.26 kilos más allá de 14 metros, correr 1.500 metros en cuatro minutos o saltar cinco metros en el salto con pértiga. Es muy duro ser versátil y además ser capaz de realizar tantas pruebas con técnicas tan diferentes. Todas estas irregularidades son el pan de cada día de un atleta de decatlón», argumenta el alcudiano.

La regularidad y la constancia son las mejores armas para cualquier deportista. Todo se logra entrenando y practicando, pero sin una buena mentalidad no se llega a buen puerto. Pablo lo tiene claro: «Cada prueba es distinta a las demás. Se exige un estado mental y un tipo de fuerza distinto en cada una de las modalidades. El éxito radica en el esfuerzo constante. Es muy fácil mejorar en una prueba, pero muy difícil no quedarte atrás en ninguna de las otras nueve pruebas. No tener ni puntos fuertes ni puntos flacos es una virtud, pero tal vez sea demasiado pedir. La mentalidad también se ve afectada, tienes espacio en tu cabeza para diez pruebas y no tienes que permitir que malos entrenes o malas competiciones de una prueba afecten a las demás».

Los valores del deporte se inculcan desde el minuto uno en decatlón. La amistad, el respeto y el compañerismo no se quedan en el tintero. Además, la madurez del atleta ejerce un papel fundamental en la organización de las actividades diarias. Hay que saber compaginar las tareas para poder cubrir los escasos huecos que quedan con el estudio. El fin de semana para un decatleta es un claro sinónimo de trabajo. Se percibe con rapidez cuando se mantiene una conversación con el alcudiano. Para Pablo Trescolí es un hobby lo que para cualquier persona sería un tremendo sacrificio. «Hacer decatlón parece un esfuerzo innecesario o el producto de aburrimiento, pero para los que lo hacemos estoy seguro que es todo y más de lo que necesitamos y queremos. Se trata de un reto que, a la vez que te empuja a seguir, te asegura el disfrute de cada uno de los entrenes que haces. Asimismo, es muy bonito poder conocer a toda esa gente que lleva un ritmo de vida muy parecido al tuyo».

Tras doce años en las pistas, Pablo Trescolí sigue cumpliendo sus sueños a base de esfuerzo, ilusión y una capacidad tremenda para mejorar sus, ya de por sí, grandes virtudes sobre la pista. Sin embargo, las lesiones irrumpieron en su evolución. Primero fue una rotura en los isquios y le siguió una pubalgia. Después de estar un tiempo fuera de las pistas, el joven atleta ha conseguido uno de sus principales objetivos, subir al podio en el Campeonato Español Absoluto. No obstante, en 2014, la mala fortuna se cebó con su hermana melliza, Ana Trescolí. Una rotura en los ligamentos y menisco puso el definitivo punto final a una de las mayores proyecciones del atletismo femenino español.

El atleta de 21 años es una de las más firmes apuestas de futuro, a corto plazo, en el atletismo español. Conseguir la marca que le clasifique para para el europeo sub-23, intentar ser finalista en el Campeonato de Europa sub-23 de Polonia, lucir en el Campeonato de España Absoluto de pista cubierta y luchar por las primeras plazas del Campeonato de España sub-23 son sus próximos objetivos. Además, todas las dificultades que suponen competir en la élite deportiva le otorgan todavía más mérito, pues consigue compaginar la exigencia del atletismo con sus estudios de Ingeniería Aeroespacial.

Compartir el artículo

stats