El propietario del desguace de Montserrat que deja un toro suelto por las noches como medida disuasoria tras la oleada de robos que ha sufrido en los últimos meses prepara el traslado del negocio a otra parcela harto de esta situación y, en su mudanza, Emilio Cerveró se llevará a su fiel vigilante. Cerveró explicó ayer a Levante-EMV que se ve «obligado a marcharse» ya que en las condiciones actuales no puede trabajar. Además, relató su temor a que el animal se escape si le vuelven a romper la valla y que pueda provocar algún accidente.

El dueño del desguace ya expresó que no tenía intención de retirar el animal de su parcela. Y lo hizo después de recibir la visita del Seprona, que se interesó por la situación legal del toro y pidió al propietario la documentación. Éste asegura que demostró a las autoridades tener en regla los papeles que le permiten tener el bóvido y el resto de animales en sus terrenos. Aunque no es la única inspección con la que ha contado ya que, a lo largo de la pasada semana, también se acercaron a su negocio agentes de la Policía Local y de la Autonómica, según explicó el propio dueño.

Ahora, la intención de conservar al animal va más allá y, en un futuro traslado, también se llevará a su peculiar mascota a su nueva ubicación: «La situación aquí es insostenible, no podemos seguir trabajando en estas condiciones, así que me he empeñado en una nueva nave de unos 6.000 m2 dejándome más de un millón de euros para poder continuar con mi negocio, y allí nos iremos todos, mis trabajadores y los animales», afirmó. No es para menos, él siempre ha mantenido que el toro es como una mascota y que es «un animal tranquilo que jamás ha herido a nadie».

El toro deambula de manera apacible por los terrenos del desguace de Montserrat junto a una piara de cerdos. El propio Emilio Cerveró reconoce que los animales se han acostumbrado a su voz, por lo que cuando pasea junto a ellos procura elevar el tono para hacerse oír y transmitir «un mensaje de calma». Durante el día, son casi unos miembros más de la plantilla, aunque por la noche es cuando empieza su particular misión, ya que el principal cometido del bóvido es vigilar los terrenos e intimidar con su presencia a los hipotéticos ladrones. Seguirá haciendo la misma función cuando se produzca el traslado.

Todo son quebraderos de cabeza para este empresario de Montserrat, quien recordó la situación que «le obliga» a mudarse: «No podemos seguir así, desde que la diputación nos expropió el terreno y cambió la pared por una valla aquí no se puede trabajar, por las noches no puedo dormir pensando que alguien pueda venir a romper la verja o que algún coche se salga por la carretera la destroce y se escapen los animales, nos sentimos en la obligación de marcharnos aunque la sensación es de que nos echan», explicó Cerveró, quien reconoce que, al menos, «los trabajadores estarán mejor en la nueva nave porque está más cerca del pueblo, pero no deberíamos tener que marcharnos por este motivo», lamentó.

Cabe recordar que desde que el organismo provincial empezó las obras de una rotonda y realizó las modificaciones en el perímetro del desguace los incidentes se sucedieron uno detrás de otro. Varios animales han muerto atropellados al escapar por la apertura que los ladrones provocan en la valla.