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La tortuga de Florida coloniza el Xúquer

El catálogo de especies invasoras define este galápago americano, que en su día se puso de moda como mascota, como una de las más dañinas

La tortuga de Florida coloniza el Xúquer

El galápago de Florida, también conocido como tortuga americana o de las orejas rojas, una de las cien especies exóticas invasoras más perjudiciales, también ha colonizado tramos del curso bajo del Xúquer. Antes del descenso de las temperaturas, no era extraño contemplar ejemplares de esta especie en zonas soleadas junto al río a la altura de Algemesí, según relatan fuentes del club de piragüismo, que aseguran haber llegado a ver «familias» o grupos numerosos de todos los tamaños sobre un tronco caído en el cauce. Su presencia, además, según advierten, no es reciente ya que hace algunos años que la detectaron, por lo que se presume que se trata ya de poblaciones naturalizadas y perfectamente adaptadas a este hábitat.

El catálogo español de especies exóticas invasoras señala como principal consecuencia o impacto de la presencia de esta tortuga el desplazamiento de los galápagos autóctonos, con los que compite, en este caso el denominado galápago leproso que tendría su hábitat natural en el río o el galápago europeo (Emis orbicularis), otra especie autóctona más frecuente en humedales costeros o «estanys», según detallaron fuentes de la dirección general de Medio Natural, que realiza un seguimiento de especies invasoras. En este caso, señalaron que algunas zonas cálidas de la Comunitat Valencian con la Ribera, a Safor o la Marina Baixa, donde abundan las redes de acequias, canales e incluso en zonas cálidas de ríos, son más proclives a la presencia de la «Trachemys» o tortuga de las orejas rojas.

El catálogo estatal destaca que se trata de un buen competidor de los galápagos autóctonos ya que «alcanza tallas superiores, produce una mayor descendencia, tiene una madurez sexual más temprana y su dieta es más variada. Además -incide-, puede vivir en condiciones naturales que otros galápagos no toleran, como son la contaminación y la presencia humana».

La presencia de esta especie de origen americano en ríos y humedales es consecuencia directa de la compra masiva de estos galápagos como mascotas hace unas décadas -en el año 1998 se prohibió la importación- y su posterior suelta en el medio natural cuando se convertían en un estorbo para el propietario. Fuentes de la conselleria indicaron que en América también se prohibieron cuando empezaron a aparecer casos de salmonelosis ya que este galápago es un vector potencial de transmisión. «Es muy malo como mascota», resumieron desde la dirección general de Medio Natural.

La directora de la Fundación Limne, Sales Tomás, una entidad que trabaja por la conservación de ecosistemas acuáticos, confirmó ayer que voluntarios de la asociación capturaron el pasado mes de junio dos ejemplares de «Trachemys elegans» en Algemesí, de lo que informó convenientemente a la conselleria. La fundación instaló trampas para realizar un seguimiento y conocer si también hay presencia de galápagos autóctonos pero, por dos veces, desaparecieron esas trampas y no se ha podido realizar el trabajo.

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