Además de la comarcal 510, el problema viario de Favara también tiene mucho que ver con el desvío de la A-38. La obra, que estuvo paralizada varios años, se reanudó recientemente. Pese a que la sensación de los vecinos es de que, desde hace muchos meses, vuelve a estar totalmente parada, la Delegación del Gobierno defiende que el proyecto «sigue en marcha».
Fuentes gubernamentales aseguran que «en estos momentos las obras no están paralizadas». El proyecto, añaden, «ha entrado en una fase que quizás tenga menos visibilidad pero que es igual de importante, se están haciendo trabajos que no se ven». Concretamente, se apunta en varias direcciones: «Por un lado, los técnicos están centrados en la reposición de las canalizaciones, se estaban haciendo los movimientos de tierras y se está consolidando el terreno, que hay que recordar es una tarea necesaria y un tanto complicada en esa zona en especial dada su orografía», explica el Gobierno.
Además, se incide en la magnitud de la obra: «No podemos olvidar que se trata de un proyecto que abarca una gran cantidad de kilómetros, desde Cullera hasta Xeresa, por lo que es también comprensible que no se trabaje al mismo tiempo en todo el tramo, por eso insistimos en que aunque no haya maquinaria pesada en una zona concreta, eso no implica que el proyecto esté parado».
Pese a todo, la sensación de Favara es que el desvío no avanza. Por eso, tras los últimos incidentes, la alcaldesa instó a que se debía realizar una reunión entre todos los agentes implicados, a saber: la Diputación de Valencia, la Conselleria de Medio Ambiente, el Ministerio de Fomento, los técnicos y el ayuntamiento. De este modo, todos juntos, tratarían la cuestión para agilizar unas obras que están suponiendo un calvario para una población que espera poder librarse pronto de una peligrosa travesía y de los constantes accidentes de tráfico.
