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Sangre sin sudor ni lágrimas

Uno de los momentos más emotivos de la jornada se vivió con la visita de una joven que necesita transfusiones de sangre mensuales al no generar suficientes glóbulos rojos y que se emocionó al observar el gran despliegue solidario

Sangre sin sudor ni lágrimas

El tercer maratón de donaciones de sangre de Alzira volvió a reunir el sábado en el Círculo Alcireño La Gallera a donantes ya habituales y a otros que se estrenaban, como el caso de la alcireña Laura Pedroza, quien a sus 18 años realizó su primera donación. «Quería hacerlo nada más cumplir la mayoría de edad y ha sido una experiencia muy positiva», explica. La joven, además, estudia enfermería, asegura que «siempre estoy muy implicada en el tema sanitario» y llama a la ciudadanía a colaborar en estas iniciativas, pues «todo lo que sea donar, ya sea médula, plaquetas o sangre, es muy necesario porque se necesita en el día a día y no todo el mundo puede donar», indica Laura. «Así que los que sí podemos, tenemos la obligación de hacerlo», concluye.

Más habitual en estas iniciativas es Vicent Hernandis, quien a sus 43 años indica que donar sangre «se ha convertido en una costumbre» para él. Este alcireño empezó con las donaciones también a los 18 años, aunque «nunca hasta ahora había donado en un sitio tan bonito como este», refiriéndose a la Gallera. Vicent indica que es una práctica que no hace ningún daño nadie pero que, por el contrario, «beneficia a la gente que lo necesita». Además, el vecino alcireño asegura que «donar sangre te hace sentirte bien».

Como no pudo ser de otro modo, también colaboraron extrayéndose sangre miembros del Círculo Juvenil de la Gallera, como son los casos de los socios Víctor Grande y Enrique Bernardo. El primero, de 25 años, cuenta que empezó a donar a los 18 años y que ahora, tras años sin hacerlo, ha vuelto a solidarizarse a raíz de las maratones que se realizan en la Gallera. «En cualquier operación se necesita sangre y conozco gente cercana que la ha necesitado. Eso siempre es una motivación», asegura.

Enrique, por su parte, es donante esporádico y tiene 37 años. Tiene un tipo de sangre universal, condición que le anima a solidarizarse con los demás. «Es una buena manera de ayudar para quienes podemos y cualquier persona puede necesitar sangre en un momento dado», argumenta.

Uno de los momentos más emotivos de la jornada se vivió con la visita de una joven que necesita transfusiones de sangre mensuales al no generar suficientes glóbulos rojos y que se emocionó al ver el gran despliegue sanitario del maratón y la solidaridad de los vecinos en una causa como esta. El resto transcurrió según lo previsto y se alcanzaron las donaciones, de las cuales se contabilizaron algunas de A negativo y cero negativo, dos de los tipos de sangre más solicitados según comentó a Levante-EMV el médico Rafael García.

El presidente del Círculo Juvenil de la Gallera, David Hevilla, aseguró que «Alzira es una ciudad solidaria y la respuesta siempre es suele ser buena» y destacó la labor del personal sanitario durante el maratón. De hecho, durante toda la jornada se movilizaron dos equipos sanitarios por la mañana y otros dos por la tarde, formados en su totalidad por cuatro vehículos móviles, cuatro médicos, cuatro auxiliares, cuatro celadores y 18 enfermeros.

El presidente del colectivo juvenil incidió en que sería ideal que la ciudad tenga «un punto fijo para que habitualmente se recojan donaciones de sangre». García consideró fantástica esta idea, aunque recordó que el centro de transfusiones viene a Alzira «habitualmente tanto a la Gallera como al centro de salud o a las fallas y que la acogida siempre es muy buena, por lo que no es algo que consideremos necesario en estos momentos». Además, las nuevas tecnologías mantienen informados a los donantes de cualquier iniciativa que se lleve a cabo, según aseguraron García y Hevilla.

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