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Un papel básico para el pueblo, aunque ya sin actividad

Las aportaciones de la entidad permitieron comprar terreno para ampliar el cementerio o el solar para la cooperativa

El presidente de la Sociedad de Montes, Francisco Roig, confirmó que la entidad no tiene en estos momentos ninguna actividad más allá de gestionar el alquiler del casino y pagar la deuda y comentó que algunas iniciativas como el intento de señalizar sendas para montañeros o ciclistas se han topado con la falta de ayudas oficiales. Roig indicó que en el momento que estos montes sean municipales el ayuntamiento sí podrá optar a ayudas por lo que dejó entrever que de este modo se facilitan posibles inversiones.

El proceso de negociación mantenido hasta el momento no ha contemplado una valoración de bienes. «Una cosa por la otra y ya está», resumió Roig en referencia a la entrega de patrimonio a cambio de una deuda que evitó cuantificar. El presidente de la Sociedad de Montes señaló que ésta se seguirá reduciendo hasta el momento en que se formalice la integración en el ayuntamiento.

El alcalde de Alfarp, por su parte, valoró que el ayuntamiento sale beneficiado con esta operación «desde la perspectiva que no dispone actualmente de un edificio propio». «Debemos ser uno de los pocos ayuntamientos que no tienen un edificio propio», comentó Santi Cervera, mientras señalaba que el gobierno local ya ha mantenido contactos con las consellerias de Medio Ambiente y Obras Públicas para sondear la posibilidad de optar a ayudas tanto para afrontar la reforma del edificio como para actuar en los montes que ahora pasan a ser de titularidad municipal.

El ayuntamiento ocupa en estos momentos la primera planta del inmueble -el bar o casino se encuentra en la planta baja- mientras que la Sociedad de Montes tiene su sede en la segunda planta. Cervera comentó que la idea es distribuir las dependencias municipales en estas dos plantas.

La Sociedad de Montes se constituyó hace casi un siglo para explotar las montañas -las aportaciones de los fundadores permitieron adquirir más de 6.500 hanegadas- y generar empleo. Pocos años después se devolvió se dinero y se incluyó como socios a todas las familias de Alfarp. Sus fines sociales han tenido una repercusión directa en la localidad ya que, en su día, se estableció en los estatutos que los beneficios que se obtuvieran por leñas, pastos y roturaciones se destinaran a financiar obras y mejoras para la población y, con estos fondos, se compró terreno para la ampliación del cementerio, un solar para el almacén de la cooperativa o se realizaron mejoras en la red de agua potable.

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