El mundo rural se ha convertido en un refugio de organizaciones criminales que se dedican a explotar laboralmente a los inmigrantes. Los collas de «collidors» son una buena oportunidad para aprovecharse de extranjeros que no han legalizado su residencia en España. Esos grupos mafiosos multiplican sus beneficios con sueldos de diez euros por jornadas de trabajo de diez horas. Además, dicho aprovechamiento ilícito acaba perjudicando también a los trabajadores legales, que ven como se reducen sus posibilidades de trabajar en la recolección de cítricos por la llegada de personas que aceptan condiciones económicas y laborales tercermundistas. Las fuerzas de seguridad han intensificado por ello el control en el campo.
La Unidad de Vigilancia Medioambiental de la Policía Local de Alberic acaba de desmantelar una organización criminal que explotaba laboralmente a unas veinte personas a las que pagaba alrededor de diez euros al día por jornadas de diez horas de trabajo. Además, no contaban con seguridad laboral, por lo que no disponían de garantías sanitarias en caso de sufrir algún tipo de accidente.
El operativo lo empezó la policía autonómica valenciana, cuerpo con competencias en el ámbito rural y que facilitó información a los agentes alberiquenses para que continuasen con las averiguaciones, dados todos los indicios de que allí actuaban varias empresas de dudosa legalidad. La policía autonómica ya estaba investigandoles varios meses pero fue en Alberic donde se pudo sorprender a los «collidors» in fraganti. Los trabajadores explotados eran de origen africano y contaban con evidentes necesidades económicas. Después de huir asustados, fueron interceptados y aceptaron relatar sus condiciones laborales. La operación ha concluido con la detención de tres individuos, además de otro investigado, por delitos contra los derechos de los trabajadores.
Después de una primera primera actuación, la unidad alberiquense volvió a constatar la existencia de más trabajadores en situación irregular con sueldo por debajo de las condiciones mínimas decentes. Hace unos días se procedió a otra operación que desembocó en otro caso similar. «Vamos a seguir trabajando en dicha línea y vamos a contar con controles por el término municipal durante toda la temporada. No vamos a permitir que se explote a las personas, porque para empezar precisan de unas condiciones laborales y vitales dignas y dichas empresas no se las facilitaban. Además, con esa explotación laboral se destruyen puestos de trabajo de otras personas», defiende el concejal de Seguridad, David García López.
El ayuntamiento ha reforzado la Unidad de Vigilancia Medioambiental con más recursos y personal ante los éxitos conseguidos. «Los agricultores están pasando por muchos problemas económicos y nosotros desde el ayuntamiento queremos protegerlos y por ello hemos intensificado los controles. Todos los trabajadores deben contar con las condiciones laborales que marca la legislación pertinente», añade García.
La unidad policial ha sido dotada con más competencias, adquiriendo por ejemplo el control y protección de espacios verdes de Alberic, como la Muntanyeta, el pulmón natural de la localidad ribereña y una de las prioridades del equipo de gobierno de Toño Carratalá. También aumentará la vigilancia en las urbanizaciones, tanto en los meses hivernales en los que hay menos presencia de vecinos, como en los estivales, cuando se intensifica la actividad. Controlará también la gestión de los residuos industriales, con el objetivo de resguardar las garantías medioambientales.
