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Los ingresos por obras vuelven a caer

El ayuntamiento tramita más licencias que el año anterior, aunque se reduce la recaudación - Los constructores critican el sistema de la declaración responsable para proyectos menores «porque fomenta el mercado negro» - No hay nuevas promociones desde 2008

Los ingresos del Ayuntamiento de Alzira por el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) volvieron a caer el año pasado y el repunte registrado en 2015, cuando se llegó a triplicar la recaudación del ejercicio anterior, amaga con quedar como un mero espejismo propiciado por las inversiones puntuales de unas pocas empresas. Unos ingresos entonces de 242.000 euros llevaron al gobierno municipal a aumentar las expectativas de recaudación para 2016 y estimar una cifra similar, que duplicaba la previsión inicial del año anterior, aunque esta estimación finalmente no se ha cumplido. El ayuntamiento cerró el pasado ejercicio con una recaudación derivada del Impuesto de Obras y Construcciones de 214.520,29 euros, lo que representa un descenso del 11,5 % respecto del año anterior.

Esta caída se produce, no obstante, a pesar del aumento de las licencias tramitadas por el área de Urbanismo, tanto de las denominadas declaraciones responsables, asimilables a la antigua licencia de obra menor -cuando la inversión no supera los 6.000 euros-, como de las licencias de obra mayor, necesaria para proyectos que superen esa cuantía y para derribos.

La concejalía de Hacienda computa en 2016 un total de 692 ingresos por declaraciones responsables frente a los 513 del ejercicio anterior, lo que representa un aumento de casi el 35 %, mientras que las licencias de obras mayores suben de forma mucho más tímida al pasar de las 99 de 2015 a 101. Cabe señalar que la declaración responsable lleva aparejada una tasa única de 50 euros y, por su parte, el importe de la licencia de obras representa un 2,60 % del total del proyecto, si bien la ordenanza en vigor mantenía bonifiacaciones de hasta el 95 % para favorecer la implantación de empresas en los polígonos.

La asociación local de constructores, que cuenta con algo más de cuarenta miembros, señala que el año 2016 tampoco ha sido el de la esperada recuperación para el sector. Fuentes de la junta directiva indicaron que sigue habiendo poco trabajo y mucha competencia desleal.

El equipo que encabeza Bernardo Luis, que acaba mandato como presidente, se muestra especialmente crítico con la fórmula de la declaración responsable -por la que el inspector municipal se limita a confirmar que las obras ejecutadas se corresponden con las expuestas en la declaración- al entender que «fomenta el trabajo en negro» por la falta de control sobre quién ejecuta esa obra. «No se cuestiona que la fórmula pretenda dar facilidades, pero cualquier particular puede fimar esa declaración. Si se obligara a que sea un contratista el que firme el permiso de obras cambiaría todo», comentó el propio Bernardo Luis, mientras señalaba que las empresas que se ajustan a la legalidad no pueden competir con aquellos que se ofrecen a realizar esos mismos trabajos «a diez euros la hora».

Parálisis total en Tulell

Los miembros de la directiva de la asociación de albañilería señalan como ejemplo de la parálisis que la crisis ha provocado en el sector que desde el año 2008 no se ha iniciado ninguna promoción nueva en Alzira -señalan que la última fue la gran finca levantada en el centro del sector Tulell, que se finalizó pero se encuentra tapiada al no haberse comercializado las viviendas-, mientras que en los últimos años, al margen de algunas obras particulares en sectores como el Hort de Galvañón, donde de forma progresiva se han ido construyendo unifamiliares, la actividad de la mayoría de las empresas constructoras se centra en pequeñas reformas de viviendas.

«Nosotros, para reformar baños y cocinas, tenemos que aplicar la prevención de riesgos laborales, pero después cualquiera puede pedir una licencia de obra menor para hacer la misma reforma sin que nadie le pida nada, eso fomenta el mercado negro», inciden miembros de la asociación, que señalan que este sistema que el Ayuntamiento de Alzira implantó en 2014 aplicando una directiva superior, también ha contribuido a mermar los ingresos por obras. La entrada en 2016 de licencias de firmas como Aki, que ha iniciado el movimiento de tierras, no ha evitado el descenso del cómputo global.

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