Los vestigios más antiguos de la comarca se esconden por las montañas, donde las poblaciones de la época prehistórica se guarecían de los múltiples ataques humanos y animales. En Benimodo las primeras referencias se sitúan hoy en territorio de Tous. Son los asentamientos de las Cuevas del Truig y el Puntal del Barranc de les Coves. Según las investigaciones científicas elaboradas en su momento por Antonio Martínez Pérez, el inicio de las poblaciones en la localidad se remonta al periodo conocido como Bronce Valenciano, situado cronológicamente entre 1.900 y 500 años antes de la presente era.
Son dataciones que asustan pero los seres humanos que por entonces poblaron la Ribera y Benimodo en este caso específico ya mostraban comportamientos y modos de vida iguales a los conocidos con posterioridad. El ser humano de dicha prehistoria (no hay que olvidar que en Mesopotamia el comienzo de la escritura se sitúa en torno al 3.300 a. C.) ya ha realizado un gran perfeccionamiento y especialización en la utilización de materiales metálicos y ha empezado a asentarse e implantar la agricultura y la ganadería como modelo económico.
Vivió sobre todo en cuevas y abrigos y fue protagonista de un arte rupestre que se puede presenciar en la Ribera en localidades como Tous o Alfarp.
En las Coves del Truig y el Puntal del Barranc de les Coves de Benimodo subsistieron con producción agrícola, en especial de cereales y legumbres, así como del conreo de la ganadería. Se hallan en zonas de difícil acceso, según el investigador local Rafael López Andrada, «con la intención de defender sus posesiones y dominar visualmente el entorno». Los yacimientos de Benimodo están situados en el límite con el término de Tous y fueron estudiados por primera vez en 1980 por Antonio Martínez. El poblado de las Coves del Truig (de escasas dimensiones y por lo tanto hábitat de poca gente) se encuentra en un lugar escarpado con cuevas de escasa profundidad. Se hallaron allí materiales como fragmentos de sílex pero también restos cerámicos propios del Bronce. A 400 metros de dicho poblado se encuentra el del Puntal del Barranc de les Coves. Ocupa la parte alta del tosal, en una zona de difícil accesibilidad, lo que fue utilizado como defensa natural para los que allí habitaron. Sin embargo, los investigadores también han podido constatar la existencia de construcciones defensivas artificiales.
El cronista local, según los restos todavía existentes, duda sobre la existencia de una gran torre de defensa, que pudo erigirse para controlar la zona. En la prospección de la década de los ochenta se descubrió media cazuela fragmentada con una ansa de cinta vertical, además de otros fragmentos cerámicos poco evolucionados, de cocción y tipología similar a la de otros poblados de la Cultura del Bronce Valenciano. Posteriores rastreos (incluso el año pasado) desvelaron la existencia de nuevos restos cerámicos.
Las dataciones de los diferentes materiales permiten a los investigadores situar los poblados en el Bronce inicial, es decir con una antigüedad de 3.000 años. Ambos han sido catalogados por la Dirección General de Patrimonio Artístico de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.
