Cullera vibró ayer por segundo año consecutivo con la crida, una llamada a la participación de los vecinos en unas fiestas josefinas que por primera vez se celebrarán con el distintivo de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad concedido por la Unesco. Numeroso público se concentró en la plaza de España y parte de la calle del Riu para asistir a un acto en el que el ayuntamiento y la Junta Local Fallera (JLF) ofrecieron un espectáculo de luces y sonido sobre la fachada de la Casa Consistorial con la novedosa técnica audiovisual del videomapping.

Todas las comisiones de la ciudad se vieron reconocidas sobre la fachada del antiguo ayuntamiento en una fantástica animación audiovisual en tres dimensiones. Tras la proyección, el balcón central se abrió por primera vez para proclamar al mundo que Cullera ya está en fallas. De hecho, como novedad respecto a 2016, este año también estuvieron presentes en los balcones las falleras mayores infantiles y los presidentes infantiles de cada comisión, además de las reinas y los máximos dirigentes de las cortes adultas. Y por orden de antigüedad de las comisiones, las falleras mayores o representantes de las fallas fueron interviniendo ante el público.

En este aspecto, los mensajes que las falleras lanzaron fueron de unión, esfuerzo y trabajo para alcanzar los objetivos comunes de una ciudad que definieron cómo «abierta y acogedora», fruto de una rica historia. Posteriormente, la presidenta de la JLF, Loles García, aseguró sentirse «orgullosa de mi pueblo por el gran esfuerzo realizado» y afirmó que «este año, si cabe, cobraba aún mayor importancia la fiesta fallera después de la declaración de la Unesco, un sueño hecho realidad». En el acto también intervinieron el concejal delegado de Fallas, Javier Cerveró, y el alcalde de Cullera, Jordi Mayor.