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La rentabilidad del caqui se hunde mientras sigue en aumento la producción

La asociación de exportadores valora la última campaña como «la peor en muchos años» por los bajos precios, que amenazan los beneficios del agricultor

La rentabilidad del caqui se hunde mientras sigue en aumento la producción

La rentabilidad del caqui, el oro rojo para los agricultores de la Ribera en los años de la crisis económica, cayó sensiblemente en la última campaña. Unas condiciones climatológicas adversas, marcadas por las repetidas e intensas lluvias en los meses de la recolección, junto a un exceso de producción agravado por el veto ruso, un mercado clave en las exportaciones que se ha cerrado en los últimos años, derivaron en «la peor campaña en mucho tiempo». Ésta es la valoración que realizó el presidente de la Asociación Española del Caqui, José Vicente Masiá, en la reciente asamblea celebrada en Alginet para hacer balance de la temporada. Masiá alertó de que la caída del precio en el campo ha llegado en algunos casos al umbral de la rentabilidad, aquel en el que los ingresos sólo permiten cubrir costes, y reivindicó la necesidad de que el Estado firme convenios para abrir mercados en otros continentes que permitan dar salida a una producción que, en base al aumento de la superficie cultivada en los últimos años, se podría incluso duplicar en el horizonte de «cuatro o cinco años».

El presidente de esta asociación que agrupa a cerca de medio centenar de exportadores, mayoritariamente de la Comunitat Valenciana pero también de otras zonas de España, detalló que las previsiones que en la pasada campaña apuntaban a una producción de unas 350.000 toneladas se han cumplido, si bien debido a las lluvias y a la falta de calibre, una parte de la fruta se perdió y otra no se ha podido comercializar. José Vicente Masiá cifró entre 290.000 y 300.000 toneladas el volumen de fruta comercializada y, en referencia a los precios, comentó que «el mercado ha estado aproximadamente en unos diez céntimos menos por kilo que la campaña anterior», lo que se traslada también a las liquidaciones que perciben los agricultores.

Masiá cifró entre 20 y 30 céntimos el precio del kilo de fruta en el campo y advirtió de que se trata de una horquilla peligrosa ya que, según dijo, se aproxima al umbral de la rentabilidad. «Cuando bajas de los 25 céntimos lo veo mal, pero es verdad que hay cítricos que se liquidan por debajo de los costes y los estamos aguantando», comentó. El caqui se ha llegado a pagar en los años buenos prácticamente al doble de precio con liquidaciones de entre 40 y 50 céntimos por kilo, según recordó el exportador de Alginet. «Es probablemente la peor campaña en muchos años, derivada del exceso de producción, de una situación climatológica negativa, pero también por culpa del veto ruso, que nos afecta muy negativamente», incidió.

Un aumento del 15 %

Una primera estimación de la Asociación Española del Caqui augura que la producción aumentará en la próxima campaña alrededor de un 15 % para alcanzar las 400.000 toneladas, siempre y cuando no se den condiciones meterológicas adversas. Los comerciantes realizan este cálculo en base a la cantidad de fruta asegurada por los agricultores, y teniendo en cuenta que es una práctica habitual no asegurar el total de la cosecha o que en zonas como la provincia de Huelva, donde no hay riesgo de heladas, apenas se aseguran unos siete millones de kilos cando la producción de las distintas variedades de caquis puede alcanzar los 35 millones.

José Vicente Masiá no dudó en señalar que, en base a las nuevas plantaciones de los últimos años que todavía no han entrado en producción, «es muy probable que en un plazo de cuatro o cinco años estemos hablando de una producción total de 600.000 o 700.000 toneladas» en el conjutno de España y reivindicó la necesidad de abrir nuevos mercados para darle salida.

«Si somos capaces de cultivar un producto de calidad que pueda aguantar un viaje largo en un contenedor podemos llegar a muchos sitios», incidió el presiente de esta asociación de comerciantes, que en la última asamblea valoró como «imprescindible» la creación de una «interprofesional del caqui».

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