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Unas cuarenta gallinas mueren en el incendio intencionado de un corral

? Un vecino de Alginet denuncia la serie de destrozos de diversa índole que sufre desde hace unos meses en su propiedad rural

Isidro recoge los restos de las aves calcinadas en el incendio intencionado en su corral de Alginet. vicent m. pastor

Los últimos meses de Isidro son para olvidar. Acumula ese tipo de recuerdos que uno preferiría que desaparecieran de su memoria. Cuando el pasado jueves acudió a su campo por la mañana, descubrió que alguien había quemado intencionadamente su pequeño corral. Cerca de cuarenta gallinas, gallos, patos y pavos que criaba en su interior fallecieron a causa del fuego. Según explicó ayer a Levante-EMV este vecino de Alginet, en las semanas anteriores ha sufrido varios destrozos en su propiedad de diversa índole.

Isidro está jubilado y posee una parcela en Alginet que explota para mantenerse ocupado. En ella instaló un gallinero, en el que poseía unos cuarenta animales entre gallinas, gallos, pavos y patos. Pero el corral y las aves ardieron entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves. «Nos fuimos del campo el día de antes por la noche, a eso de las diez, y cuando fui a la mañana siguiente me lo encontré todo quemado, el corral y los animales, que estaban dentro», explicó Isidro y añadió: «Esto es un crimen, quien haya hecho esto no tiene ni corazón ni dignidad; una persona que es capaz de cometer un acto así contra un animal... No tengo un calificativo para definirlo», afirmó.

Según aseguró, el pequeño grupo de animales «formaba parte de la familia». «Aquí vienen mis nietos a nadar y han estado siempre en compañía de los animales, los hemos criado nosotros, estamos todos muy afectados», reconoció Isidro.

Robos de cables

Éste no es el primer suceso que vive, ya que en el pasado ha tenido que afrontar situaciones semejantes. Según aseguró, en Pascua se encontró la caseta destrozada y, tras reconstruirla, apareció nuevamente con desperfectos. También ha sufrido algunos robos de material, como es el caso del cableado eléctrico. En muchas de las «visitas nocturnas» que ha recibido, además siempre se ha encontrado algún animal muerto.

El hijo de Isidro, David, explicó a este diario sus sospechas con respecto a lo ocurrido: «Hace un tiempo, mi padre firmó un contrato que obligaba a una sociedad a pagar por adelantado una parte del trato y el resto una vez resuelta la transacción; por circunstancias ajenas a nosotros se retrasaron y una parte del producto se lanzó a perder. En esas condiciones, nos reclamaron que les devolviéramos el dinero que nos habían anticipado; desde entonces nos ha ocurrido todo. Pero esto es una crueldad, si creen que les debemos dinero, que vayan a un juez».

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