La Associació de Caçadors d'Alzira ha habilitado once charcas en el coto que gestiona en la Garrofera y ha sembrado trigo en media docena de puntos como forma de facilitar el sustento a la fauna salvaje y, al mismo tiempo, evitar que provoque daños en los campos de cultivo más próximos si tiene que desplazarse a buscar alimento. Se trata de una iniciativa que el club de caza impulsó hace un par de años y que completó a finales de 2016 con las últimas tres charcas. Una cuba ha vuelto a llenar esta semana algunas de estas pozas o bebederos.
«La ley obliga a los cazadores a que invirtamos en la fauna y ésta es la forma que nosotros hemos pensado para contribuir a mejorarla», comentó el presidente del club de caza, José Antonio Ferrer, mientras destacaba que ha podido comprobar que en estas charcas entra todo tipo de animales, tanto aquellos que los aficionados pueden cazar como los que no.
Ferrer detalló que acuden a beber a las mismas aves, perdices, jabalíes o conejos, pero también se han visto cabras montesas e incluso águilas sobrevolándolas. «También son beneficiosas para la abejas», incidió el presidente del club alcireño, mientras señalaba que en las inmediaciones de una de las charcas hay colmenas.
Además del agua, la sociedad también ha plantado trigo por segundo año en diferentes puntos de este coto que abarca casi un millar de hectáreas para acercar el alimento a los animales.
Ferrer explicó que las charcas se han habilitado aprovechando la orografía de forma que se puedan llenar con agua de lluvia y, de, hecho, gracias a las intensas precipitaciones del pasado invierno se han mantenido con agua durante meses. Los cazadores han procedido recientemente a la limpieza y rellenado de estas charcas de cara a un verano que ha arrancado con temperaturas muy altas.
Críticas al ayuntamiento
Paralelamente, la asociación presentó la semana pasada sendos escritos en los que emplaza al ayuntamiento a realizar actuaciones similares tanto en el paraje de la Murta como en el de la Casella. En ambos casos aboga por recuperar terrenos abancalados para sembrar cereales, árboles frutales, habilitar comederos y balsas o charcas en las que acumular agua «con el fin de mantener las poblaciones, densidad y reproducción de la fauna silvestre», tanto de animales como de aves.
La Associació de Caçadors lamenta en ambas instancias las «nulas inversiones, trabajos y mejoras del hábitat» en estos parajes pensando en la fauna salvaje por parte del Ayuntamiento de Alzira, «prevalenciendo más el interés de una gran afluencia de senderistas sin respetar las épocas de cría».
